Nadal, no te retires nunca

Por Leopoldo Carrasquero

El español Rafael Nadal consiguió acceder a la final del Roland Garros, de ganarla, sería su título 14 en la competencia y su torneo de Grand Slam número 22, afianzándose en el primer puesto, todo esto, en medio de los rumores de su retiro por su edad y las continuas lesiones. 

A los 36 años le queda poco por demostrar, pero el amor a la competencia de alto nivel lo sigue teniendo en la cima. Lo que ha hecho este año ha sido espectacular, sorprendió ganando el Australian Open en enero, dos torneos ATP y ahora ante el noruego Casper Ruud buscará una nueva corona en París el próximo domingo. Será su final de Grand Slam número 30 y casi la mitad en el polvo de ladrillo del Philippe Chatrier.

Nadal, quien no jugaba desde el pasado agosto, comenzó los primeros días de enero su nueva temporada. Este año, ha disputado seis torneos, ganó los tres primeros: el ATP 250 de Melbourne, el Grand Slam de Australia y el ATP 500 de Acapulco.  Luego no pudo superar ninguno de los tres Máster 1000 que disputó. Perdió la final de Indian Wells ante el norteamericano Taylor Fritz, el Máster 1000 de Madrid ante la promesa Carlos Alcaraz en cuartos de final y en Roma perdió en octavos de final frente al canadiense Denis Shapovalov. De los 6 torneos que disputó ganó 23 juegos y perdió 3.

Las expectativas se aumentaron con la llegada del Roland Garros, el español como máximo ganador del torneo llama la atención de todo el mundo del tenis cada vez salta a la cancha en París, pero este año a su rivalidad con Novak Djokovic se le sumaba la de su compatriota Carlos Alcaraz potenció la atención. Alcaraz cayó en cuartos y Djokovic ante Nadal, lo que parece tener la mesa servida para ganar el domingo, siempre con el permiso de Casper Ruud. 

Su Roland Garros comenzó el 25 mayo, en segunda ronda despachó al local Corentin Moutet, 6-3, 6-1, 6-4. En tercera ronda fue el turno del holandés Botic van de Zandschulp, que superó por 6-3, 6-2, 6-4. En octavos tuvo una dura prueba ante el canadiense Félix Auger-Aliassime, a quién derrotó 3-6, 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3.

El cuadro del torneo nos jugó una mala pasada, en cuartos de final le tocó el turno de enfrentarse al número uno, Novak Djokovic, en un vibrante duelo donde al serbio el físico no pareció acompañarlo, Nadal lo derrotó 6-2, 4-6, 6-2 y 7-6 (7-4), en más de 4 horas de acción, donde el español superó varios set points en ese último set. La semifinal, iba para su tercer juego muy largo en forma consecutiva, esta vez frente al alemán Alexander Zverev, ganó 7-6 (10-8) el primer set en más 90 minutos y cuando iba 6-6 el segundo, el alemán se torció el tobillo y lamentablemente no pudo continuar. 

Rafael Nadal ha dicho durante el torneo que cada partido podría ser el último en el Philippe Chatrier, nadie lo sabe, quizás tampoco él, pero estamos viendo y disfrutando a un tenista con una capacidad única de competir y ganar. Hace 8 meses cuando una nueva lesión lo sacó del circuito, pocos imaginaron este escenario, pero la tenacidad y las pocas ganas de rendirse, nos tiene flotando con cada saque del mallorquín. El domingo, nos queda otra cita con la historia, porque aunque gritemos ¡Nadal, no te retires nunca! Algún día lo hará. 

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