DE LAS ILUSIONES A LA ORFANDAD

Por Richard Méndez

Hace diecinueve años en Montevideo se vivió el verdadero pitazo inicial a las ilusiones mundialistas de la Vinotinto, aquella noche del 31 de marzo de 2004 Venezuela goleó 0-3 dando un baile a Uruguay en el mítico Centenario. La ilusión nos llevó a creer que estábamos a muy poco tiempo de escuchar el “Gloria al Bravo Pueblo” por primera vez en un Mundial de mayores. Han pasado casi dos décadas y lo que se pudo avanzar se fue quebrando y derrumbando por corrupción, ineficiencia y egoísmo de varios actores del fútbol nacional.

Hoy hubiese sido lindo poder celebrar el aniversario del “Centenariazo” con una actuación destacada de la Sub 17 que participa en el Suramericano de Ecuador. Pero no, porque ha sido justamente este grupo el más abandonado de la pirámide de selecciones vinotinto. La Sub 17 se quedó sin entrenador a finales del año pasado cuando Damián Ayude decidió dejar al equipo y así transcurrieron los meses y no fue hasta después del Suramericano Sub 20 de Colombia cuando se tomó la decisión de asignarle el grupo a Coloccini que regresaba de la eliminación en tierras cafeteras. Era la primera semana de marzo y había escasas tres semanas para trabajar el debut ante Argentina. Luego tuvimos el lío de Lezcano y Pékerman que dejó fuera a Coloccini sin haber siquiera llegado a trabajar en la concentración previa al viaje a Ecuador.

Valiño fue anunciado apenas el día 14 de marzo como entrenador de la Sub 17 de Venezuela, apenas a dos semanas del inicio del clasificatorio al Mundial de la categoría, ya existiendo un margen extremadamente estrecho para trabajar y generar automatismos en un grupo que estuvo huérfano de trabajo suficiente y cuerpo técnico que sembrara ideas para algo tan importante como buscar un cupo al Mundial.

El arranque ante la albiceleste se perdió como se esperaba por la ausencia de trabajo y sin embargo los chicos compitieron con garra y atrevimiento pero con imprecisión e ingenuidad típica del proceso fracturado que vienen atravesando desde diciembre de 2022. No podemos exigirles nada a quienes no le dimos las herramientas ni el apoyo y muchísimo menos condiciones dignas de una selección que va a representar a un país entero. Valiño con muy poco tiempo para trabajar difícilmente pueda dar resultados para este grupo. 

Ellos son víctimas de todo lo malo que se sufrió por decisiones que no se tomaron en su momento y por el abandono del plantel que apenas conoció a su entrenador hace quince días. Es probable que tengan noches de competir como en el estreno en Guayaquil cayendo 4-2 con mucha dignidad y tal vez nos den algunas alegrías en el camino pero debemos entender que la realidad es adversa a nuestros deseos y que sería completamente diferente si estos chicos no hubiesen estado en la orfandad. El fútbol venezolano no puede quedarse solo en ilusiones sin hacerlas realidad y para ello hay que trabajar y darle dignidad a nuestros futbolistas en todas las categorías.

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