CONCLUSIONES DEL DEBÚT VINOTINTO DEL “BOCHA”

Por Richard Méndez

Era de esperarse tras lo convulsionada de su llegada al mando de la Vinotinto que el “Bocha” Batista no tuviese un gran debut en su primer partido con la Selección Vinotinto. Un resultado adverso hubiese estado amparado en el poco tiempo de trabajo y que además Venezuela enfrentó a una de las selecciones que jugó el Mundial 2022 en Qatar, incluso siendo la única que fue capaz de vencer al campeón. En esta etapa lo más importante era entender ciertas intenciones que a partir de ahora se deben desarrollar para ir marcando el estilo e idea que quiere Batista para nuestra selección.

El funcionamiento no fue el más esperado en cuanto a la posesión y puede ser este un ítem a considerar por algunas ausencias motivadas a lesiones como pueden ser Soteldo, Savarino o Machís que en definitiva pueden poner otro ritmo y hasta esa magia que siempre queremos ver en Venezuela. Hubo que remar el estilo con lo que se tenía a disposición y dentro de los disponibles sobraba músculo y no magia. También los laterales han sido uno de esos dolores de cabeza desde que Dudamel dejó a la Selección y eso lo sufrieron Peseiro, Leo y Pêkerman, por eso se entiende que en la convocatoria tenga suficientes jugadores de banda para empezar a fomentar competencia por los puestos.

El parado con el 4-4-2 plano con doble pivote y sin enganche obedeció a no tener un “10” natural, por eso Sosa y Bello iban por los extremos que pueden permitir salida rápida con mayor solidaridad defensiva desde los costados y en realidad funcionó por largos períodos del partido. En el lateral izquierdo otra vez Miguel Navaroo cumplió con ser ese jugador de ida y vuelta como se muestra en la MLS y con bastante ímpetu que en una casi se le pasa la mano de ganas y que andando por la cornisa en una jugada parecía que podía hacer duda con la pena máxima. En la banda derecha Alex González ya con mayor recorrido en el puesto se vió paciente y atento para sus funciones. La pareja de centrales dominó en el juego aéreo y eso facilitó el trabajo durante la primera mitad, aunque hubo en ocasiones dificultades para iniciar la salida por el centro y eso llevó rápidamente a los llamados de atención y acción temprana.

En el ataque y lejos de complacer el “hate” que se ha puesto de moda entre sus detractores fue Salomón Rondón el jugador más importante por ser autor del gol del triunfo y por asistir a Josef en la apertura. Obviamente preocupa que en clubes su sequía goleadora va por más de un año y que por cosas de la vida necesita un recambio generacional para el “9”. Salo, sigue siendo el mejor que tenemos y para reemplazarlo hoy no hay demasiadas opciones. Torregrossa con treinta años no es generación de relevo y los que podrían por edad serlo aún no están a su nivel. Alejandro Marqués juega muy poco en Portugal y no hace goles hace rato, mientras que Alcócer seguramente en medio de la concentración debe tratar de crecer aprendiendo de él. Un buen momento para fomentar competencia hubiese sido tener a Kelsy en la convocatoria ya que es el único delantero venezolano que viene haciendo goles en Europa.

La posesión quedó muy diferenciada por un lado por la ausencia de jugadores de manejo y por el otro el buen oficio de los árabes, aunque la diferencia de 72% contra el 28% de los nuestros resultó muy pobre desempeño y ese es un aspecto a mejorar porque en la eliminatoria no vas a poder sostener partidos sin disputar o incomodar siquiera la posesión a selecciones que son mucho más fuertes y trabajadas que la de Arabia Saudita. Por los duelos individuales con balón en el suelo Venezuela perdió mayor porcentaje que los que pudo ganar y nuevamente destacan los que no estuvieron porque seguramente hubiese sido diferente.

Es tiempo de tener claro el margen de acción y las cosas que hay que profundizar en el proceso del “Bocha” para avanzar en devolver aquella competitividad que se tuvo en otros tiempos y que en las últimas dos eliminatorias lo perdimos y nos condenó a ser los últimos de Conmebol. Ganarle a Arabia Saudita no es para lanzar cohetes ni mucho menos pero sí para tener el punto de partida de lo que necesitamos mejorar. 

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