LA ESTAFA DE LAS SOLVENCIAS

Por Richard Méndez

El viernes 16 de septiembre a las 10 pm fue anunciado como el límite para que los clubes de la Liga Futve demostraran estar al día en sus compromisos para poder obtener la Solvencia que les permitiría a algunos continuar en la Fase Final del torneo. El silencio de la F.V.F. dejaba suponer que todos los clubes estaban con sus números en tinta azul, sin deudas ni dificultades para afrontar las últimas semanas de la liga. Lamentablemente a pocos días de comenzar el actual torneo las denuncias de pagos atrasados de varios meses y en algunos casos hasta de temporadas anteriores era solamente una señal de lo que estaba por venir.

Hubo jugadores a los que se les engañó bajo la promesa que esta vez si les pagarían los meses de morosidad y como siempre los jugadores aceptaron firmar esperanzados en poder ver pronto su platica en el banco. Con maldad se sabe que una vez firmada la solvencia el jugador reconocía el pago de lo que no había recibido mientras el propietario empezaba a esconderse como Don Ramón hacía cada vez que aparecía el Señor Barriga en la popular serie mexicana “El Chavo del 8”. La estafa se llevó por delante a un club que logró llenar cada partido el inconcluso Metropolitano de Cabudare en el año del campeonato, el “Depor” como le bautizaron los hinchas rojinegros al Deportivo Lara.

El equipo crepuscular que inexplicablemente teniendo una deuda cercana a los 900 mil dólares obtuvo solvencia federativa para poder inscribirse y jugar la Fase Final de la LIga que culminó a fines de octubre del año pasado. Incluso su propio presidente Khalil Yusef reconoció hace pocas semanas la existencia de la deuda, con lo que se demuestra que fue una vulgar estafa el cuento de las solvencias. Yusef dejó el país y no pagó a sus jugadores, además dejó varados a algunos jugadores extranjeros que no tenían ni para pagarse el boleto de regreso a su país de origen.

De nada sirvieron los lamentos y las manifestaciones públicas de la hinchada del “Depor” que tomaron las calles crepusculares para llamar la atención a alguien que pudiera poner fin a la pesadilla que vivía el equipo en esos días. Finalmente la historia se repitió y como hemos visto en el aporreado Fútbol Venezolano, Lara se sumó al desfile de la desaparición ahogado en promesas que nunca se cumplieron y con familias que quedan en la calle y sin “un medio partido por la mitad”. Deportivo Lara acompaña a Nacional, UAM, Minervén, y un largo etcétera de vergonzosas desapariciones de equipos.

Es cierto, hubo mucha ingenuidad de los futbolistas que solo querían que le cumplieran la promesa y con absoluto descaro los engañaron una vez más. No solo estafaron a los jugadores, cuerpo técnico y empleados de Lara, también en otros equipos a estas alturas siguen sin pagarle a los que aceptaron de buena fe firmar la solvencia y ahora deben conformarse con recibir el pago de uno de los varios meses que les adeudan. El futbolista, la afición, las instituciones y el fútbol en Venezuela está harto de ser estafado y no encontrar alguien que se arrime a defenderlo.

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