Al volante de las dos versiones del BMW i5, una berlina eléctrica, deportiva y confortable
Por Samuel Saco
Si hace unos días teníamos ocasión de ponernos al volante del i7 M70 xDrive, el auténtico buque insignia de BMW, con unas prestaciones y tecnología que logran impresionar cuando se conduce, ahora el protagonista es otra berlina, y también eléctrica. Se trata del i5, a la venta en nuestro país en dos versiones: el eDrive40, con un precio que arranca en 76.750 euros, y, por encima, el M60 xDrive, que parte desde 114.250 euros, y poco tiene que envidiar al i7 M70 xDrive, ya que ofrece prácticamente las mismas sensaciones al volante.
Y es que esta segunda versión es más prestacional, con dos motores eléctricos, uno por eje, para rendir 442 kW (601 CV). Mientras, el par máximo alcanza los 820 Nm al activar el programa M Sport Boost mediante la leva izquierda situada tras el volante o a través de la función M Launch Control, que durante diez segundos logra sacar el máximo partido de la mecánica eléctrica. Al pulsarla, de hecho, aparece en el cuadro de instrumentos una cuenta atrás que empieza en 10 segundos y va descontando hasta llegar al cero. Con esta carta de presentación el i5 M60 xDrive logra acelerar de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos, con una velocidad máxima de 230 km/h, cuando el i7 ejecuita esta maniobra en 3,7 segundos, es decir, una diferencia prácticamente imperceptible.
Ambas versiones, tanto el eDrive40 como el M60 xDrive, comparten batería con una capacidad útil de 81,2 kWh, situada en los bajos de la carrocería. Esta se beneficia de la última versión de la recuperación adaptativa y de la bomba de calor para calentar y enfriar el interior, de cara a optimizar la larga autonomía. De este modo, el i5 eDrive40 homologa una alcance de hasta 582 kilómetros, mientras el M60 xDrive logra hasta 516 kilómetros. No obstante, sobre el papel, el i5 eDrive40 es una compra más racional, porque pese a tener menor potencia, es más que suficiente para mover con garantías a la berlina, y ofrece el mismo nivel de confort y tecnología. Su motor eléctrico trasero acciona las ruedas de ese eje para generar 250 kW (340 CV) y, como decíamos anteriormente, con la función M Sport Boost o Launch Control, el par máximo se va hasta los 430 Nm. Así, logra acelerar de 0 a 100 km/h en seis segundos exactos, y su velocidad punta está limitada a 193 km/h.
Y es que el nuevo Serie 5 se caracteriza por ofrecer una rica gama de motores, ya que se puede comprar impulsado por mecánicas híbridas enchufables, propulsores de combustión con tecnología de hibridación suave de 48V, tanto en diésel como en gasolina, y las mencionadas versiones 100% eléctricas, que adoptan la denominación i5, en línea con otros BMW, ya sea el iX1 dentro de la familia X1, o el i4 como alternativa eléctrica de la Serie 4. En cuanto a sus dimensiones, y si lo comparamos con el Serie 5 anterior, el i5 ha aumentado su longitud en 97 milímetros para llegar hasta los 5.060 milímetros, su anchura lo ha hecho en 32 milímetros hasta los 1.900 y su altura crece 36 milímetros hasta los 1.515. Gana tamaño en todos los sentidos, ya que la distancia entre ejes también se ha alargado 20 milímetros. hasta llegar a los 2.995.
Respecto a su diseño, este i5 tiene rasgos que evidencian que estamos ante un BMW. Por ejemplo, su característica parrilla en forma de riñón, que sobresale hacia adelante y presenta un amplio marco iluminado de forma opcional, o los faros LED dispuestos casi verticalmente, que sirven como intermitentes y luces de conducción diurna. En el lateral, la marca alemana dice haber querido transmitir un aspecto más atlético, con rasgos como los faldones laterales negros o los tiradores de puerta en la carrocería, y en la base del pilar C, o pilar trasero, aparece grabado el número 5, señal inequívoca del modelo ante el que estamos, cuya primera generación nació en 1972 y lleva más de 10 millones de unidades vendidas a sus espaldas.
Al volante de las dos versiones
En primer lugar tuvimos ocasión de conducir el i5 de acceso, el eDrive40, que es, como decíamos, una compra más lógica, ya que sus 340 CV mueven muy bien a la berlina y su autonomía alcanza los 582 kilómetros. Conduciendo ya el i5, cuando comienzan a pasar los minutos las primeras sensaciones nos transmiten que estamos ante una berlina muy cómoda, con una dirección precisa y una dotación tecnológica de primer nivel. Aunque es cierto que, para ello, BMW ha puesto los ingredientes necesarios, ya que entre otras características, se beneficia de un reparto de pesos 50:50, una construcción ligera y una mayor rigidez de la conexión entre la carrocería y el chasis, limitación de deslizamiento de las ruedas controlada directamente, sistema de frenado integrado o dirección deportiva con relación de dirección variable de serie. Opcionalmente se puede equipar el tren de rodaje deportivo M, el sistema de frenos deportivo M y la suspensión adaptativa Professional, de serie en el i5 M60 xDrive, que incorpora amortiguadores regulados electrónicamente y dirección activa integral.
En el caso del i5 eDrive40, su consumo mixto homologado en ciclo WLTP es de 15,9 kWh/100 km, aunque durante nuestra prueba el gasto real fue ligeramente superior. No obstante, si un usuario tiene problemas de autonomía, BMW ha presentado una nueva función en sus eléctricos denominada Max Range, y que también equipa el i7, con la cual la autonomía entre recargas puede incrementarse hasta un 25%, si es necesario, a base de limitar la potencia y la velocidad, y desactivando algunas funciones de confort como la climatización. En cuanto a la recarga, el i5 permite reponer electricidad a una potencia de hasta 11 kW de potencia, y hasta 22 kW en opción. En cambio, la carga rápida en corriente continua admite una potencia de hasta 205 kW. Por lo tanto, la batería del i5 puede pasar del 10% al 80% en 30 minutos, si se utiliza un poste de este tipo.
No obstante, si al decidirnos por una de las dos versiones del i5 buscamos dar un paso más y queremos sensaciones, sin lugar a dudas, el M60 xDrive es la respuesta. De hecho, horas antes habíamos tenido ocasión de ponernos al volante del iM70 xDrive, que tiene más potencia (660 CV) y es ligeramente más rápido en el paso de 0 a 100 km/h, pero es mucho más largo (5.391 milímetros, contra los 5.060 del i5) y también más pesado (2.770 kilogramos en el i7 M70 xDrive frente a los 2.380 del i5 M60 xDrive). Por lo tanto, en cuanto a prestaciones, el i5 en su versión más alta es el coche, ya que acelera con la misma intensidad y en los pasos por curva se percibe más directo y ágil que el i7. Al volante, su aceleración impresiona, y el empuje no parece tener fin. Además, el sonido que emite en el inteiror nos evoca la sensación de estar en una nave especial, gracias al BMW IconicSounds Electric de Hans Zimmer, encargado de proporcionar este acompañamiento acústico.
En el interior, la tecnología reina con la tecnología BMW Curved Display, con una pantalla de 12,3 pulgadas para la instrumentación y otra central de 14,9 pulgadas. El cuadro de instrumentos dispone de múltiples opciones de personalización. Sucede lo mismo con la pantalla central, ya que en ella podemos seleccionar los ajustes del coche o activar los reglajes de los asientos, que ofrecen hasta nueve programas distintos con diferentes intensidades e incidencias en espaldas u hombros. Pero, en realidad, el listado de aplicaciones es inmenso y requeriríamos horas hasta conocer cada uno de ellos.
Además, el i5 es pionero en ofrecer nuevas funciones como la plataforma de juegos AirConsole, que permite jugar a videojuegos desde la pantalla del salpicadero, y que ya han integrado otros modelos como el Serie 7. Y no solo videojuegos, también es posible disfrutar, a través de la aplicación de la Bundesliga, de los partidos de la liga alemana de fútbol. Además, el Serie 5 equipa el BMW Operating System 8.5, que ofrece una gama más amplia de contenidos digitales para información y entretenimiento, ciclos de actualización de funciones más rápidas, información mejorada sobre puntos de carga para vehículos eléctricos y acceso optimizado a muchos servicios en línea específicos.
En el caso del volante, con la cara inferior achatada, presenta un tacto muy agradable y cuenta con respuesta háptica en los mandos de control. Y es que, desde un inicio, el i5 transmite una sensación muy buena en los materiales empleados, y con unos asientos amplios y confortables que recogen muy bien el cuerpo. Sucede lo mismo en las plazas traseras, ya que se cumple el mismo patrón: hay amplitud y los asientos son cómodos. De hecho, el Serie 5 se ha convertido en el primer modelo de la marca en incorporar de serie un interior totalmente vegano. Esto incluye desde las superficies de los asientos, el tablero de instrumentos, los paneles de la puerta o, incluso, el volante. Respecto al maletero, los Serie 5 tienen 520 litros, pero en los i5 se ve reducido a 490 el espacio para equipaje.
Ayudas a la conducción
La gran dotación tecnológica del i5 también se ve en las ayudas a la conducción (ADAS), ya que ofrece un enorme listado de asistentes. Entre ellos destaca el Driving Assistant Professional opcional, que incluye asistente de dirección y de control de carril, y control de crucero con función Stop & Go. Además, tanto en Estados Unidos y Cánada como en Alemania, se añade el asistente de autopista, que libera al conductor de las tareas de dirección en vías rápidas de alta capacidada a velocidades de conducción de hasta 130 km/h, y es posible retirar las manos del volante, siempre que se vigile con atención el tráfico. Y no solo eso, el Serie 5 puede equipar el asistente activo de cambio de carril con activación ocular, que también tuvimos ocasión de probar.
Asimismo, el i5 está equipado de serie con el asistente de aparcamiento, que incluye asistente de marcha atrás, y el asistente de aparcamiento opcional Parking Assistant Professional, que lleva a un nivel superior las posibilidades del aparcamiento automatizado, con maniobras de hasta 200 metros que pueden controlarse desde el interior del vehículo, pero también desde el exterior, empleando en este caso un teléfono móvil.
Foto: BMW
Fuente: www.elconfidencial.com