Una Estrella Que No Será Ensuciada Por La Mancha De Rubiales
Por Mauro García Forti
Hoy hace una semana que España se convirtió por primera vez en campeona del mundo de fútbol femenino, luego de lo que fue una exhibición de juego colectivo del combinado español en el que dominaron en la mayor parte del partido, dejando prácticamente sin oportunidades de acercarse al arco defendido por Cata Coll a las jugadoras de la selección inglesa.
España, con un único gol, luego de un disparo cruzado tras una incursión por la banda izquierda de Olga Carmona, un penalti fallado por Jenni Hermoso después de que se comprobara en el VAR una mano dentro del área y trece minutos de añadido que parecieron eternos, hizo historia.
“La Roja” solamente ha necesitado tres ediciones de la Copa del Mundo de Fútbol Femenino para levantar el trofeo. Dato que demuestra el enorme crecimiento del fútbol femenino en los últimos años. Todo es resultado de la revolución que tuvo la liga nacional, que ha incentivado el interés de los clubes en sus secciones femeninas, ayudando así a profesionalizar a las futbolistas. De esta manera, se ha conseguido una generación dorada con mucho todavía por delante para seguir cosechando títulos, formada por jugadoras de peso como Jennifer Hermoso o Alexia Putellas y jugadoras jóvenes como la talentosa Aitana Bonmatí, Balón de Oro del torneo, Olga Carmona o Salma Paralluelo, quien fue jugadora revelación del torneo y que con diecinueve años ya ha ganado casi todo.
No obstante, lo que debería haber sido una semana en dónde se repitiesen fiestas y celebraciones por lograr la primera estrella sobre el escudo, se ha visto opacada por otro escándalo más del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luís Rubiales.
Además de mostrar un comportamiento deplorable delante de las máximas autoridades de su país en el palco, llevándose las manos a los genitales cuando sonó el pitido final, Rubiales no dudó en mostrarse muy efusivo ante la victoria de la Selección felicitando a las jugadoras en la entrega de medallas, sin embargo, el máximo dirigente del fútbol español fue demasiado lejos, ya que cuando Jennifer Hermoso pasaba a saludarlo, Luís la abrazó y no dudó en darle un beso en los labios. Este gesto que nada más verse fue muy comentado en redes sociales, en las que los usuarios pedían la dimisión inmediata del exjugador del Levante, ya que su acción según las leyes españolas constituye un delito contra la libertad sexual de Hermoso.
Los comunicados de la jugadora, de FUTPRO, su sindicato, y hasta de miembros del Gobierno de España llegaron días después pidiendo que las acciones del presidente no quedasen impunes. Rubiales, como respuesta a esto, emitió un comunicado pidiendo disculpas por sus acciones el día de la final.
Dadas las circunstancias, el jueves se decía que el viernes, durante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF, Rubiales presentaría su dimisión, aunque ya en la noche del mismo día algunos periodistas declaraban lo contrario.
Ya el viernes, lo que se vio en esa Asamblea es quizá uno de los sucesos más vergonzosos y tristes de la historia del fútbol español. Allí el máximo dirigente, con todos los miembros de la federación presentes incluidos Luís De La Fuente y Jorge Vilda, seleccionadores nacionales de las absolutas masculina y femenina respectivamente, no sólo no presentó su dimisión, sino que dio un discurso victimista en el que dio una versión distorsionada de los hechos declarando que el beso fue ‘’consentido’’, proclamando que lo que está ocurriendo es un “asesinato social”, no la búsqueda de justicia e incluso prometió emplear acciones legales contra miembros de la clase política que lo acusaron, terminando el discurso con un “no voy a dimitir” repetido tres veces para certificar su desafío a los miembros del Gobierno y a la presión de los medios de comunicación y la sociedad, siendo respaldado por los sonoros aplausos de gran parte de la audiencia presente en la sala de conferencias como en aquella escena de “El Lobo de Wall Street”.
La imagen que tuvo lugar allí fue penosa, una imagen en la que el hombre que es el representante de una de las potencias del fútbol con arrogancia ha presumido de su poder y ha decidido pasar por encima de todo como si no hubiese ocurrido nada, actitud que mancha enormemente no sólo a la Federación, sino al fútbol español en su totalidad.
La respuesta ante este acto no ha tardado en aparecer por parte de la número “10”, declarando falsa la versión del acusado, llegando posteriormente un comunicado oficial por parte de las veintitrés jugadoras campeonas del mundo sumado a muchas más futbolistas españolas que no fueron al Mundial en el que tachaban de intolerable lo que se había visto esa mañana en la Ciudad Deportiva de Las Rozas, declarando su retirada de la selección mientras siguiera la directiva actual e animaban a más profesionales del fútbol a unirse al comunicado, una conducta similar llevaron a cabo algunos jugadores como Borja Iglesias, Isco Alarcón, Sergi Roberto, Aitor Ruibal o Héctor Bellerín.
Cortesía de SPORT
Por otra parte, los equipos de La Liga también mostraron su desacuerdo mediante comunicados a través de sus sitios web y sus redes sociales, así como leyendas del deporte español como Iker Casillas o Pau Gasol. Incluso jugadoras extranjeras y selecciones como la alemana o la inglesa condenaron las acciones de Rubiales y pidiendo su dimisión de manera inmediata. Por si no fuera poco, el secretario de estado para el deporte anunció que se llevaría al Tribunal de Arbitraje Deportivo una denuncia contra la cabeza de la RFEF por la gravedad de los hechos.
La situación parecía descontrolarse para Rubiales y así se ha comprobado este sábado, luego de que la FIFA lo suspendiese de su cargo de presidente de la Federación Española.
Ante esta decisión del máximo órgano del deporte rey, en la que además de la suspensión se ordenaba tanto a Luís como a Jennifer que no hubiese contacto entre ellos ni con sus entornos cercanos, motivo por el cual la RFEF tuvo que borrar un comunicado que salió poco después de la decisión de la FIFA en el cual tildaban a Hermoso de mentirosa.
Después de todo esto, Pedro Rocha será el nuevo presidente interino de la RFEF mientras que se resuelva este asunto, pero lo que se ha visto en estos cinco años de mandato de Rubiales ha sido vergonzoso, la destitución de Julen Lopetegui a dos días de comenzar la Copa del Mundo de 2018, los espionajes y amenazas a periodistas para obtener tratos favorables, el caso de llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí junto con Gerard Piqué cuando este todavía era jugador en activo para lucrarse, la falta de apoyo a las quince jugadoras que señalaron una serie de problemas luego de la Eurocopa del año pasado y ahora este suceso, en el que incluso se puso en contacto con la jugadora y su círculo cercano durante la pasada semana, presionando para obtener una declaración favorable a sus intereses.
Otra clara señal de la podredumbre que circula por la Federación han sido los comunicados de Luís de La Fuente y Jorge Vilda, en los que condenan las acciones de Rubiales cuando el día anterior aplaudían el discurso de su jefe, denotando un claro comportamiento de veleta para mantenerse en sus puestos de trabajo, cosa que no han hecho once de los miembros del cuerpo técnico de la Selección Femenina, quienes han dimitido en apoyo a las jugadoras luego de toda esta situación.
Esta triste situación ha empañado una victoria histórica, poniendo en peligro el futuro de un combinado llamado a seguir haciendo historia por su brillante juego y su arrojo dentro del campo. Sin embargo, si se ve todo desde el lado positivo, ganar la estrella no sólo ha ayudado a poner los laureles al fútbol femenino español, sino que ha hecho caer la máscara de una Federación que ha tomado el papel de villano en los últimos tiempos, siendo esta una victoria aún mayor. La restructuración desde sus bases será obligatoria para limpiar y olvidar este sucio capítulo de la historia del fútbol del país ibérico y, aprender de esto, ya que si lo que quiere ahora la Real Federación es mejorar su imagen ante el mundo, lo que debe hacer es poner cartas en el asunto, ya que la campeona del mundo de fútbol femenino no puede tolerar ser asociada a un comportamiento inactivo ante estas conductas caciquistas y machistas por parte de sus dirigentes.