Por Josué Porras

Una de las grandes “normas no escritas” del béisbol nos indica que “el que batea juega”, y sin duda alguna, no hay mejor ejemplo de esto que el caso del venezolano Luis Arráez, y su largo trayecto para poder finalmente afianzarse como jugador de todos los días en su ya antiguo equipo, los Mellizos de Minnesota.

El venezolano pasó varios años con tiempo de juego limitado, ya que a pesar de su gran talento como bateador, no conseguía solidez defensiva en ninguna posición, por lo que Minnesota no terminaba de darle la oportunidad de ser titular constantemente.

De cara a 2022, todo cambió, y Minnesota entendió que no podía darse el lujo de sentarlo. Con Venezuela en el Clásico Mundial 2023, pasa algo bastante parecido. “La Regadera” es el bateador más en forma que tiene Venezuela para el torneo, por lo que su presencia en el lineup está más que asegurada.

Ahora, pese a que su presencia esté asegurada, el de San Felipe no tiene que estar atado al 100% a la primera base, debido a que tiene la capacidad de moverse entre varias posiciones, lo que le da la oportunidad al cuerpo técnico de probar distintas combinaciones para buscar ofensiva.

Primera base:

La primera base es la posición en la que jugó con regularidad el yaracuyano durante la campaña de 2022, y se espera que en un principio sea la posición que ocupe durante el Clásico Mundial de Beisbol con la selección venezolana.

Sin embargo, hay un par de factores que podrían jugarle en contra a esta posibilidad. Primero, hay que tomar en cuenta que Arráez está preparándose para jugar en la segunda base con los Marlins de Miami, por lo que ocupar la primera base podría ser contraproducente para el trabajo realizado en Spring Training.

El otro motivo por el que podría prescindirse de él en primera base es buscar ofensiva. Si por ejemplo, Arráez se mueve al jardín izquierdo, en primera se podría colocar a otros bateadores interesantes, como Salvador Pérez, Eduardo Escobar o Miguel Cabrera.

Jardín izquierdo:

No sería descabellado ver a “La Regadera” en el jardín izquierdo. El de San Félix tiene 48 encuentros de experiencia en Las Mayores cubriendo el left field, por lo que ya sabe lo que es jugar en dicha posición.

Un hecho a tener en cuenta es que el jardinero izquierdo de Venezuela, David Peralta, no ha tenido un buen rendimiento ofensivo en las últimas dos campañas, bateando para .259 en 2021, y para .251 en 2022. Si Venezuela necesita ofensiva con urgencia, Arráez podría hacer el trabajo jugando en dicha posición.

Bateador designado:

Esta sería otra opción bastante útil para las aspiraciones de Venezuela. Mover a Luis Arráez a la demarcación de bateador designado abriría un puesto defensivo, que podría ser ocupado por Eduardo Escobar, que jugó algunos encuentros en esa posición con Milwaukee, por Salvador Pérez (para abrirle espacio a Omar Narváez), o incluso, experimentar con Anthony Santander (Baltimore planea hacerlo).

Ciertamente, mover a Arráez a la posición de bateador designado sería una decisión algo arriesgada, ya que probablemente habría que reubicar una cantidad importante de piezas para que tuviera sentido el movimiento, sin embargo, es una posibilidad que no se puede descartar.

Segunda base: 

Hay que ser sinceros, la segunda base sería casi una utopía para Arráez en el Clásico Mundial de Beisbol, ya que esa será sí o sí la posición ocupada por el legendario “Astro Boy”, José Altuve, considerado el mejor segunda base de Las Mayores según MLB Network.

Sin embargo, la segunda almohadilla es la posición natural de Luis Arráez, y es en donde jugará con los Marlins de Miami en 2023, por lo que sabe perfectamente como cubrir la intermedia a gran nivel.

Para que Arráez juegue en segunda tendría que existir una lamentable lesión de Altuve, o algún tipo de experimento debido a un slump muy pronunciado del camarero de los Astros de Houston en un puñado considerable de juegos. Luce complicado, pero Arráez estará prevenido por si lo necesitan ahí.

Foto: Cortesía

Fuente: www.meridiano.net