El uno, un número que no todos quieren llevar
Por Mauro García Forti
Hace unos años, el número uno era el que todos los pilotos, ya fueran de motos o de automóviles soñaban llevar. Al fin y al cabo, este número está reservado solamente para el vigente campeón del mundo.
Sin embargo, desde el inicio de este siglo, el sueño de muchos se ha convertido en otra campaña publicitaria más del equipo, que se resuelve en una simple sesión de fotos.
Si hay que buscar un origen a todo esto, tenemos que irnos al mundo de las dos ruedas. Quizá si se le pregunta a una persona que no es seguidora del deporte quién fue el último campeón de MotoGP no tenga idea de lo que le estemos hablando, pero si le mostramos un número cuarenta y seis amarillo, seguramente habrá más posibilidades de que se acuerde de Valentino Rossi.
“El Doctor” inició esta práctica al convertir su número en algo más que un dorsal, haciendo de su cuarenta y seis su marca personal, convirtiéndolo en un símbolo tan grande que hasta hacía que el número uno perdiese su valor.
Esta acción del italiano tuvo repercusión y otros campeones del mundo como Marc Márquez, Joan Mir o Fabio Quartararo escogieron llevar sus dorsales originales antes que portar el uno.
Con respecto a Márquez, su elección es perfectamente entendible, su noventa y tres ya es un número mítico en la historia del motociclismo, pero todavía es pronto para decir lo mismo de los otros dos campeones, a los que todavía les falta mucho para crear un legado tan grande.
En el caso de la Fórmula 1, tenemos una situación muy diferente, ya que, a diferencia de las motos, los pilotos no escogían sus números. Estos llevaban los números de acuerdo a como hubiese terminado su equipo en el campeonato de Constructores, reservándose el 1 para el piloto campeón del mundo.
De esta forma, en pleno dominio de Ferrari tuvimos la mítica imagen de Michael Schumacher ensordeciendo a los fanáticos con el rugido del motor V10 de su monoplaza con el número uno grabado casi a fuego en él, porque lo conservó por cinco temporadas seguidas.
Posteriormente a los pilotos les llegó la oportunidad de escoger su número a partir de la temporada 2014 y Sebastian Vettel continuó la tradición llevando el número del campeón.
La cosa cambió al siguiente año, Hamilton iniciaría su dominio y continuaría usando su amado "44", haciendo que el número uno desapareciese hasta que Max Verstappen lo recuperase al inicio de 2022. Trayendo de nuevo el mítico dorsal ocho temporadas después.
Así pues, tenemos una situación extraña en el mundo del motor. Este año será el primero desde 2012 en el que veremos al dorsal del campeón en ambas categorías, ya que Verstappen mantiene el derecho a seguir llevándolo al haber conseguido su bicampeonato y Pecco Bagnaia estrenará su nuevo dorsal en su nueva Ducati sin olvidarse de su 63, que estará escondido en el número uno.
Ocho años sin el "1" en F1 y once años con solo cuatro pilotos llevando este número en todo el siglo en MotoGP denota que poco a poco la tradición está desapareciendo.
Al fin y al cabo, el número es una seña de identidad del corredor y para muchos llevar el "1" no es tan importante como antaño. Clara prueba de esto es que hay rumores de que Ducati le ha pedido llevar a Bagnaia el número de campeón, siendo esta la causa por la que el italiano decidió conservar de alguna manera su antiguo dorsal.
Esto se debe a que sería una gran imagen para la marca que el italiano llevase la mayor prueba de la corona del año pasado a la vez que Álvaro Bautista lleve también el dorsal en el Campeonato del Mundo de Superbikes, certificando así el dominio total en el motociclismo de la marca con sede en Borgo Panigale en 2022.
Sin ninguna duda, la visión que se tiene de este dorsal ha cambiado totalmente, ya no son los niños los que sueñan con poner en el coche o en la moto el número uno, ahora más que nunca son las marcas.