TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN MUNDIALISTA

Por Richard Méndez

Hace doce años el mundo entero le advirtió a FIFA que un Mundial en Qatar podría traer consecuencias, pero Blatter desde la altura del poder absoluto del fútbol prefirió ignorar las alertas. Se sabía desde mucho que el país al que se le encomendaba la organización del Mundial 2022 siendo un emirato absolutista tiene en sus leyes y costumbres muchos aspectos que chocan de manera frontal con la cultura y valores occidentales que hoy son bandera de la FIFA. Se supo con tiempo que las condiciones laborales de muchos inmigrantes en Qatar no eran bien vistas por la organizaciones que luchan por los derechos humanos, todo se supo y no se hizo nada.

Pasaron doce años y se construyeron estadios, se levantaron hoteles y se armó una logística impresionante apoyada en todas las comodidades que los petrodólares pueden comprar. En todo ese tiempo el jefe Blatter fue derrocado por la corrupción y al igual que aquellos dirigentes que apoyaron un mundial en el desierto y hoy están castigados por la justicia. Prefirieron incluso cambiar las fechas del torneo pasando del verano al invierno para así no torturar a los futbolistas con las elevadas temperaturas y por eso el Mundial se debe jugar en momentos en que una gran parte del mundo occidental se prepara para las fiestas navideñas que tienen una poderosa carga emocional y familiar que no se parece en nada al furor de los veranos de cada cuatro años cuando tenemos habitualmente la Copa del Mundo en desarrollo. 

Durante estos doce años hemos visto las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos de inmigrantes que trabajaron en las obras de Qatar 2022 sin que FIFA estimara necesaria una investigación independiente que calmara las alarmantes quejas de organizaciones de todas partes del mundo. Los jerarcas del fútbol también enmudecieron ante las leyes que en Qatar criminalizan las relaciones que no sean heterosexuales pero durante el mes de junio las redes sociales de FIFA cambian los colores de sus avatares que pasan a teñirse de arco iris, mismos colores que le hacen poner al cintillo de capitán.

FIFA hoy impulsa el desarrollo de ligas femeninas y la organización de cada vez más competencias de mujeres pero otorgaron la sede del Mundial a una nación que limita los derechos de la mujer. En Qatar una mujer no cuenta con la libertad de elección para sus intereses personales que tiene una mujer en Occidente. Otro punto que choca con las campañas publicitarias del máximo ente que rige el fútbol mundial.

Pero a falta de dos semanas para el inicio del Mundial Qatar 2022 surgieron de manera simultánea una serie de protestas, declaraciones y hasta anuncios que extrañamente surgieron ahora y apenas de modo esporádico durante más de una década. Durante un fin de semana varias barras de distintos clubes de la Bundesliga prepararon cánticos y trapos exigiendo el boicot a Qatar, desde las tribunas hinchas del Dortmund, Bayern y Hertha Berlín se hicieron sentir con fuerza. Ese mismo día en la previa de la Premier League de Inglaterra fue el técnico del Liverpool Jurgen Klopp que arremetió contra Qatar en rueda de prensa. Lo más sorprendente fueron las descaradas declaraciones de uno de los "padres de la criatura 2022", el mismísimo Joseph Blatter reconociendo que elegir al emirato para organizar el Mundial había sido un gran error. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no en 2020 durante la pandemia? ¿Por qué no hicieron todos fuerza antes para evitarlo? Qatar 2022 desde su elección es un triunfo de los intereses individuales de un grupo corrupto y otro en el que fueron castigados los sobornados y no a los sobornadores.

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