VERSTAPPEN Y RED BULL RECUPERAN EL LIDERATO
Por Mauro García Forti
Lleno hasta la bandera por primera vez tras la pandemia, el Circuit de Barcelona-Catalunya recibió a la Fórmula 1 otro año más con unas temperaturas altas que marcarían las estrategias en la carrera.
En un Gran Premio donde nueve de las diez escuderías traían mejoras, todo el mundo quería ver cómo cambiaría el rendimiento de los monoplazas en un circuito tan completo como el de Barcelona.
Mercedes fue el mayor beneficiado por estas mejoras. Los campeones del mundo, que han empezado la temporada muy lejos de los líderes, este fin de semana comenzaron a asomarse a los puestos de cabeza con muy buenos tiempos en los entrenamientos.
Ferrari llegaba a España con la urgencia de recuperar las décimas de tiempo perdidas con Red Bull, que a estas alturas del campeonato parece estar por delante en términos de rendimiento. Y en la clasificación, los italianos se llevaron el primer asalto.
Charles Leclerc, que había cometido un error en su primer intento de la Q3, se supo reponer en su última vuelta y le arrebató la pole position a un Max Verstappen que en su último intento sufrió problemas de potencia, demostrando así que la fiabilidad del motor sigue siendo el talón de Aquiles de los austriacos.
Al día siguiente, todas las miradas estaban puestas en los héroes locales. Carlos Sainz, que partía tercero y tenía todas las opciones para vencer y Fernando Alonso, obligado a cambiar el motor y salir último.
El sueño de Sainz se apagó a la vez que lo hicieron los semáforos. Con una mala salida, el madrileño era superado por Pérez y Russell y unas vueltas más tarde se salió en la curva 4, por lo que le tocó remontar, lo mismo que Alonso y Hamilton, que desde la primera vuelta tuvieron que escalar hasta las posiciones de puntos.
Por delante, Leclerc y Verstappen estaban en su propia galaxia y se alejaban de sus perseguidores. Sin embargo, en su pequeña división, se veía que monegasco estaba siendo más rápido que el neerlandés y poco a poco se estaba alejando, lo que demostraba la mejoría en el ritmo de carrera del monoplaza rojo.
Para mayor alivio de Ferrari, Verstappen se salía de la pista en el mismo lugar que lo hizo Sainz y dejaba a Charles solo para que cabalgase hacia una nueva victoria.
Luego de este incidente, el joven campeón del mundo se repuso y volvió a la carrera en cuarta posición, se colocó delante de Pérez y posteriormente fue a por Russell. Ya el líder de Red Bull estaba justo detrás del Mercedes del británico cuando afrontaron la última curva antes de la recta y lo que parecía un adelantamiento fácil se transformó en una pesadilla cuando el DRS del holandés no se abrió al pasar por la línea de activación.
En las siguientes vueltas, el principal atractivo era saber si el dispositivo funcionaría esa vuelta o no. Russell era una muralla, Max se desesperaba y a gritos pedía soluciones a sus ingenieros por la radio. Por delante, Leclerc había realizado su primera parada en boxes y estaba a un mundo de distancia de sus perseguidores, pero esto es la Fórmula 1 y todo puede cambiar en un segundo.
En la vuelta 27, en el muro y en el box de Ferrari se llevaban las manos a la cabeza al ver que Charles comenzaba a ir despacio y reportaba un problema en el motor de su coche por la radio, que lo condenó a retirarse de la carrera para consternación de los italianos.
Con el monegasco fuera de carrera, la batalla entre Russell y Verstappen se convertía en la lucha por la victoria y ahí la pelea se encarnizó todavía más, teniendo así la imagen de la carrera, en la que el neerlandés por fin con el DRS lanzó su ataque por el interior en la curva 1, pero el joven piloto de las flechas plateadas aguantó el ataque y se la devolvió en la curva 2, trazando el curvón que lleva a la curva 4 casi en paralelo para acabar en otra frenada en la que el británico se volvió a imponer.
Al ver que en pista iba a ser muy difícil, Red Bull puso la estrategia en práctica y metió en pits a Verstappen a por ruedas nuevas y dejaron a Pérez que venía en otro plan, la labor de pasar al piloto de Mercedes.
Con un DRS que funcionaba correctamente, el mexicano se deshizo rápidamente del inglés y tomó la cabeza de la carrera, imponiendo un ritmo que no podía replicar su rival.
Verstappen con ruedas nuevas adelantó a Russell cuando paró a hacer otro cambio de neumáticos, y se acercaba rápidamente a Pérez, que empezaba a recibir instrucciones por la radio para dejar pasar a su compañero de equipo.
El de Guadalajara obedeció la orden a regañadientes y de esta manera, Max se llevaba la cuarta victoria de esta temporada y Red Bull el segundo doblete de este año, completando así otro fin de semana perfecto para los hombres de Milton Keynes en los que completaron la remontada al haberse colocado líderes de ambos campeonatos tras una carrera para el olvido en las filas de Ferrari.
Al monegasco y a la Scuderia les toca contraatacar para que la herida no se haga mayor, y no puede haber mejor lugar para hacerlo que en las calles en las que creció Il Predestinato. Llegamos al lugar donde todos los pilotos sueñan con ganar, un circuito que representa la historia y el glamour de esta competición y que muy correctamente es conocido como la joya de la corona de la Fórmula 1. Próxima parada, Gran Premio de Mónaco del 27 al 29 de mayo.
Foto cortesía de Oracle Red Bull Racing