Nike y Jordan, cuando la historia cambió para siempre
Por Leopoldo Carrasquero
La historia de Nike cambió para siempre en 1984, cuando decidieron arriesgarse y firmar a un joven Michael Jordan, quien apenas estaba comenzando su carrera en la NBA. En ese momento, Nike era conocida como una marca de calzado para correr, y la competencia en el baloncesto era feroz, con marcas como Converse y Adidas dominando el mercado. Sin embargo, Nike se cree que vio en Jordan algo más que un atleta: un símbolo de audacia y excelencia.
Jordan inicialmente estaría inclinado hacia Adidas, pero Nike le ofreció un contrato sin precedentes de $2.5 millones y, lo más innovador, una línea de zapatos personalizada: los Air Jordan. Así nació el primer modelo, el Air Jordan I, que rápidamente se convirtió en un fenómeno. Su diseño rompía esquemas, tanto que la NBA multó a Jordan cada vez que los usaba en la cancha, ya que no cumplían con el reglamento de colores de la liga. Pero Nike pagó las multas gustosamente, usando esa prohibición como una estrategia de marketing que disparó las ventas.
Con el tiempo y gracias a la calidad de Michael, los Air Jordan se convirtieron en un ícono cultural, mezclando deporte y estilo de vida. La línea Jordan no solo impulsó las ganancias de Nike, sino que también ayudó a la marca a redefinir el mercado del calzado y la ropa deportiva. Gracias a Jordan, Nike consolidó su lugar en la NBA y transformó el marketing deportivo al posicionar a los deportistas como figuras de influencia cultural.
Hoy en día, la línea Jordan sigue siendo una de las más exitosas de Nike, y la colaboración con Michael Jordan continúa siendo el pilar de la marca en el mundo del baloncesto, demostrando el impacto de un atleta en la creación de un imperio global.
Nike compite ahora con Adidas por el dominio de las marcas deportivas mundiales, es muy probable que sin esa apuesta en 1984, esto hubiera sido posible.