EL EMERGENTE. La grandeza inolvidable de Fernando Valenzuela
EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
Ha muerto Fernando Valenzuela. Ha muerto un grande del beisbol.
El nombre de Fernando Valenzuela quedará grabado por siempre en la historia del beisbol como uno de los fenómenos más refrescantes y admirables del último medio siglo en las Grandes Ligas.
Pero el astro mexicano, que acaba de dejarnos cuando apenas estaba por cumplir los 64 años de nacido, en realidad fue mucho más que eso. Y su imagen sobre la lomita, con el pie derecho en alto y la vista al cielo, será, para siempre, un recuerdo entrañable para los millones de aficionados que le aplaudieron en todos los estadios donde lanzó.
Ha muerto Fernando Valenzuela. Y esa, ineludiblemente, resulta ser una frase dolorosa e inesperada. No solo porque a su edad, en estos tiempos, se es todavía joven a los 63. Es que su rostro seguía siendo, al día de hoy, el de aquel tímido y sonreído veinteañero, que supo maravillar al Big Show con su talento y su carisma.
Nació al beisbol como Fernandito. Así se escuchaba en las transmisiones que Delio Amado León, Gonzalo López Silvero, Juan Vené y otras voces de su tiempo realizaban cuando defendía a sus exitosos Dodgers de Los Ángeles.
Fernandito Valenzuela era ese muchacho humilde salido de la nada, que en sus primeras 8 aperturas en la MLB, a comienzos de 1981, tiró 8 juegos completos y permitió 4 carreras en total. Sí, solo 4.
Aquella fantástica seguidilla, en la que sumó 72 innings con 0.50 de efectividad, generó el fervor que la prensa bautizó unánimemente como la «Fernandomanía».
Valenzuela se convirtió en un ícono y una súper estrella desde el mismo albor de su carrera. Y ese estrellato le acompañaría para siempre, a pesar de las lesiones que se cebaron en su brazo izquierdo durante la segunda mitad de su trayectoria.
Es el único pitcher en la historia en poder ganar el Cy Young y el Novato del Año en la misma temporada, aquel inolvidable 1981. Fue el pitcher que cambió la historia de aquella Serie Mundial, al tirarle un juego completo a los Yanquis en el tercer encuentro de la serie, cuando Nueva York dominaba 2-0 y parecía ponerse a punto de mate. Fue la pieza fundamental de todos los rosters de Los Ángeles hasta 1990, cuando el brazo parecía no dar más. Y revolucionó para siempre el beisbol.
Porque con Valenzuela cambiaron muchas, muchas cosas, para bien. Y su legado va mucho más allá de la pléyade de trofeos y distinciones que acumuló.
Asistió a 6 ediciones del Juego de Estrellas de manera consecutiva. Ganó el Guante de Oro y dos veces el Bate de Plata. Novato del Año y Cy Young. Jugador del Año en 1981. Campeón de la Serie Mundial. Inmortal en México. Inmortal en el Caribe. Es el único jugador no miembro del Salón de la Fama de las Grandes Ligas cuyo número está retirado por los Dodgers, rompiendo, para bien, una regla de esa organización.
Solo le faltó la placa en Cooperstown, porque su portentoso brazo dijo basta después de promediar 267 innings lanzados por campaña entre los 21 y los 26 años de edad.
A pesar de la merma que sufrió su físico, cerró con brillantes números acumulados: es uno de los mejores lanzadores hispanoamericanos de la historia, con 173 victorias, 2.074 ponches y casi 3.000 entradas de labor.
Pero su grandeza no radica en las estadísticas sino en la admiración que generó hasta su último día en esta vida. Su imbateable bola de tirabuzón. Sus ojos entornados hacia el cielo mientras iniciaba el windup. Su sonrisa de pocas palabras y enorme simpatía. El magnetismo que generaban su éxito y estampa. Todo eso sigue entre nosotros, más allá de esos números.
Por eso el beisbol creció tanto con la llegada de Fernando Valenzuela. Porque una legión de mexicanos y de americanos descendientes del país azteca cayó enamorada de este deporte gracias a su maravillosa irrupción en los diamantes. Y por eso su rostro adorna todavía las calles de Los Ángeles, los suburbios de su país natal y los corazones de todos los que alguna vez le vimos lanzar y triunfar. Descansa en paz, Fernandito Valenzuela.
LEE TAMBIÉN:
EL EMERGENTE. El club de los que odian a Luis Arráez
EL EMERGENTE. ¿Se equivocó Magallanes al cambiar a Rómer Cuadrado?
O revisa aquí el archivo de columnas.
Foto: @dodgers
La entrada EL EMERGENTE. La grandeza inolvidable de Fernando Valenzuela se publicó primero en El Emergente.