Nintendo tenía un bar clandestino al que casi nadie podía entrar, pero ahora puedes ir hasta tú… si cumples estas condiciones
Por Marcos Wagih
Durante muchos años, un grupo muy selecto cuya identidad permanece en el anonimato (aunque entendemos que son, principalmente, trabajadores, exempleados, conocidos del dueño y amigos de Nintendo) pudo disfrutar de la tranquilidad del que dice ser uno de los bares secretos más singulares de la historia... en la industria del videojuego. Así es, durante años, existió un bar clandestino al que solo podían acceder un número muy limitado de personas. Y sí, prácticamente todas estaban relacionadas con la gran N.
Creado por Toru Hashimoto, recibe el nombre de 84. Para quienes no lo conozcan, este hombre, al que también llamaban cariñosamente como Chokan, es un extrabajador de Nintendo que se unió a la misma en 1984 a la susodicha empresa. Hemos podido conocer su historia gracias a VGC, siendo uno de los primeros medios del mundo en visitarlo. ¿Y eso como es posible? Pues porque permaneció cerrado al gran público durante casi toda su vida. Hasta hace poco, el 84 era un bar al que nadie podía acceder, pero el COVID-19 provocó que su dueño se plantease hasta cerrarlo.
Finalmente, en lugar de esto, decidió reservar unas pocas horas al día (de 12:00 a 15:00) para ofrecer visitas guiadas de 90 minutos de duración a cambio de unos 62 euros, convirtiéndose en algo así como una atracción turística con entradas muy limitadas. ¿Y por qué tan caro? Entre otras cosas, porque oculta no pocos tesoros que podrían ser hasta únicos en el mundo.
Así es 84, el exclusivo bar de Nintendo repleto de tesoros de la gran N
Tras trabajar varios años en Nintendo y hacer numerosos amigos en la empresa, Toru Hashimoto decidió dar un cambio de dirección a su vida y fundó un bar al que decidió llamar 84. Tal y como cuentan desde VGC, decidió utilizar este nombre por diversas razones. Para empezar, porque el último mundo de Super Mario es el 8-4. Seguidamente, porque el propio Hashimoto se unió a la empresa en 1984. En tercer lugar, debido a que su nombre se puede leer como ocho-cuatro y, para terminar, porque hace referencia al nombre japonés de los palillos.
Ese conjunto de casualidades dieron nombre a 84, el bar de Nintendo más exclusivo del mundo. Y es que, tal y como ya he comentado, hasta hace poco, solo un grupo muy selecto de personas podían ir a él. Hasta cierto punto sigue siendo así, puesto que en realidad esas visitas guiadas de 12:00 a 15:00 están supervisadas por el propio Toru. O lo que es lo mismo, no podemos ir cuan clientes normales, sino que, si lo visitásemos, lo haríamos desde una perspectiva diferente.
El resto de horas del día siguen estando reservadas para sus clientes habituales y/o aquellos que han sido autorizados para hacerlo. ¿Y quiénes son? No tenemos nombres, pero entendemos que son viejos amigos de su empresa, trabajadores actuales de Nintendo, leyendas de la desarrolladora, amigos, etc. Personalmente, me divierte pensar que grandes personalidades como Miyamoto tomándose un descanso de una dura jornada laboral en un bar que honra como pocos su memoria, entre la de otras muchas leyendas de Nintendo.
Ahora bien, ¿su existencia era un absoluto secreto? En realidad no del todo, puesto que su existencia no se ocultó al mundo. Algunos fans y entusiastas de Nintendo sí sabían de su ubicación, pero como no podían acceder, era complejo hablar de él con propiedad. Así pues, más que clandestino, tal vez la mejor palabra para describirlo en realidad sea exclusivo, aunque la idea y la historia sigue siendo igualmente muy interesante. Curiosamente, el bar no es tan antiguo, pues se fundó en 2015.
Sea como fuere, aparte de la entrada hasta hace poco exclusiva, ¿qué hizo que 84 fuese tan especial? Pues que, además de que dispone de varios objetos de coleccionista realmente potentes, ediciones especiales muy codiciadas, juegos antiguos en perfecto estado, etc., ha sido decorado con un montón de dibujos que muy pocas personas tienen. A lo largo de casi todo el bar se pueden encontrar pequeñas obras de arte, bocetos, diseños y retratos dibujados por distintos empleados, creativos y leyendas de Nintendo.
Lo interesante es que son dibujos que han hecho especialmente para Toru por la amistad que mantienen con él y/o la relación que muchos empleados de Nintendo tienen con el bar. O lo que es lo mismo, buena parte de su colección es única en el mundo, siendo ahí donde encontramos gran parte de su valor a nivel turístico y como establecimiento. "Todas las obras de arte que ves en la pared están dibujadas y firmadas por amigos personales míos", le explicó a VGC.
Tiene, por ejemplo, un retrato de Link comiéndose un plato de arroz que está firmado por Eiji Aonuma, el productor de la saga Zelda, un Pikachu comiendo de un cuenco firmado por distintos miembros de Game Freak, varias copias de los juegos más destacados de Ico, todas también firmadas, etc. Por tener tiene hasta una partitura firmada por el compositor de las sagas Mario y Zeda, Koji Kondo. Sin más, es una auténtica locura. Un sueño para los coleccionistas y un paraíso para los fans de Nintendo.
Durante las conversaciones que el propio Toru y Chris Scullion, peridosita de VGC y persona que visitó el establecimiento, mantuvieron, este primero le contó que "algunas de las obras de arte tienen mensajes de apoyo escritos, dirigidos a mí, que dicen cosas como 'haz lo mejor que puedas' y me desean lo mejor para el futuro", por lo que muchos podrían entender que todos esos 'regalos' son una muestra de apoyo para él. No obstante, también le explicó que, "en cuanto a la clientela de este lugar, muchos de los cuales son desarrolladores de juegos, ven esto no como un mensaje de apoyo dirigido a mí, sino un mensaje de apoyo dirigido a ellos. Pueden tomarlo como un estímulo para esforzarse más y tal vez algún día puedan tener su propia obra de arte en la pared".
Curiosamente, cuando quiso saber la razón por la que era un bar exclusivo, la razón era muy normal: Toru es una persona tímida, por lo que al principio pensó que si sus amigos podían ir de visita al bar y vivir solo con eso, la cosa estaría bien. Hasta el COVID lo pudo mantener, pero cuando este tuvo lugar, el impacto que este tuvo tanto en él como en el resto del mundo le obligó a cambiar parte de su estrategia. Por eso mismo fue que acabó abriendo una serie de horas de visitas especiales, puesto que de otra manera habría tenido que acabar cerrando.
Todo sea dicho, la situación aún no se ha resuelto del todo. Si bien es cierto que Toru explica que las cosas han mejorado bastante y que "no tenemos planes de cerrar por el momento, necesitamos que venga cada vez más gente", por lo que no debería acabar con este particular sistema de visitas dentro de poco. Eso sí, para evitar que la gente venga sin reserva, solo ofrece la dirección del lugar una vez la reserva se ha realizado, y hay una cláusula (no sabemos si con base legal, o si es más bien una petición del propio propietario) en la que se les pide no hacer pública la dirección para que la situación no se desmadre. "Si la dirección sale a la luz, me ocuparé de ello, pero hemos pasado nueve años sin que la dirección se publique en ningún lugar", explicó para VGC.
Hasta la fecha, parece que todo el mundo lo ha respetado, y es que como él mismo explica, si hay alguien dispuesto a pagar el precio de la entrada, es que respeta y aprecia lo suficiente a Nintendo como para mantener el secreto a buen recaudo. De momento está funcionando, y la verdad es que es muy bonito que así sea. Además, el bar tiene una cuenta en Instagram con la que se ha dado a conocer al mundo. En este, además de subir fotos con sus distintos visitantes, comparte algunas de las reliquias, objetos y detalles que podemos encontrar en él.
Todo sea dicho, aunque Nintendo es el gran protagonista del lugar, no es el único, y es que podemos ver referencias a otras muchas sagas que no son exclusivas de la gran N. Por ejemplo, hay una sección en la que se pueden encontrar numerosas referencias a Dragon Quest debido a que Toru es amigo de varios miembros del equipo responsable del mismo. Así que, mientras seas conocido suyo, es posible que tengas un hueco en él, sea de donde sea tu juego. Lo cierto es que me ha parecido algo muy curioso y ahora lo único en lo que puedo pensar es en que algún día quiero ir sí o sí.
Foto: Cortesía
Fuente: marca.com