CARLOS GUILLÉN: CUANDO SE TE ABREN LAS PUERTAS DEBES ESTAR PREPARADO Y APROVECHARLAS
Por Nelson Muñoz
@nelsonrafael013
Uno de los peloteros más hábiles y útiles en el Big Show fue Carlos Guillén,
manteniéndose por 14 años entre los Marineros y los Tigres, donde dejó números
interesantes entre los criollos como sus 1331 imparables, sus 124 jonrones, un
promedio vitalicio de .285 y tres Juegos de Estrellas. Guillén hoy en día ya
retirado está dedicado a su academia y en su paso por Medellín, Colombia,
conversamos con el ambidiestro y ganador del Más Valioso de la final
venezolana del 2006 con los Leones del Caracas.
¿Cuál es la filosofía de la academia Carlos Guillén?
Esta idea nace de mi padre, yo estando de pelotero activo en Grandes Ligas,
siempre hablaba con mi papá y él veía la relación con mi agente, siempre
hablando de béisbol y al negocio, y esto hay que verlo así. Cuando termino mi
carrera mi papá me dice, tenemos que hacer algo aquí en Maracay y tenemos que
comenzar a llevar tus conocimientos y experiencia a los más pequeños. Mi papá
fundó la academia, mientras yo estaba jugando aún y ya tenía algo que hacer
después de mi retiro. Para mí eso es importante y hay que hacer algo después de
la pelota. Hay muchos procesos que los niños no saben por los que se debe pasar
para ser un grandeliga, porque ya a los 17 años ya tienes que ser un profesional.
Cuando un scout te ve, te ve una o varias herramientas y por eso te firma, pero a
estos jóvenes uno debe hacerles entender que hay que seguir trabajando en las
otras herramientas y fortalecer las necesidades. Un punto a destacar es asumir las
responsabilidades, alimentación, educación y sacrificios.
¿No se te han presentado oportunidades para dirigir en un nivel
profesional?
Si se me han presentado oportunidades, incluso como manager, como dirigente,
pero esta es la base, esto es lo que necesitamos para desarrollarlos. A mí me llena
más de satisfacción estar con ellos desde pequeños. Hay que hablarles a que se
aprendan a enfrentar con situaciones difíciles, como un slump, a donde quieren
llegar. Hay que llevarlos a invertir en ellos mismos, esa es la clave de un atleta y
por eso formamos atletas. Aquí se maneja ciencia y números, y por eso ellos
deben manejar esas herramientas.
¿Qué tuvo de especial para ti Andrés Reiner y lo que él mostraba como
mentor porque fue el forjador de figuras como tú, Bob Abreu, Melvin Mora,
Roberto Petagine?
Él fue un ejemplo para todas las organizaciones, ya que Houston en aquel
entonces, en los 90´s, tenía una academia en Venezuela, por eso le debemos
mucho a él, demostró en Grandes Ligas que los venezolanos podíamos jugar, de
igual manera que en Dominicana. Esa academia me dejó todo lo que debemos
hacer, para ser un buen profesional. Yo que vengo de la academia de Andrés
Reiner, aprendí muchas cosas que no se ven en otros lados. Su formación fue de
las mejores.
En una entrevista Carlos Zambrano señalaba que durante los últimos años
de su carrera perdió la motivación de ir al estadio, ¿cómo manejas tú ese
aspecto del juego con esos chamos, ya que la motivación es fundamental
para seguir adelante?
El peor enemigo en la vida es uno mismo. Cuando tú te paras frente un espejo, te
miras y te preguntas, ¿lo quieres hacer o no lo quieres hacer? Ese es un mensaje
que nosotros hablamos en la academia es que ellos se vean frente al espejo y se
pregunten, ¿qué van a hacer hoy?, proyectándose en sus sueños y basándose en
ser grandeliga. Y no sólo llegar, sino mantenerse que es lo más difícil. Yo aprendí
de mi ídolo, David Concepción, a quien admiraba mucho por su liderazgo, eso, a
ver en un juego quien era el líder y aquí lo enseñamos.
¿Qué te dejó Seattle como ciudad y como equipo?
Para mí Seattle, desde que me cambiaron de los Astros de Houston para ese
equipo, siempre pensé que era la oportunidad que estaba esperando y estaba
preparado psicológicamente. Cuando se presenta la oportunidad, se te abren las
puerta y tienes que aprovecharlas, eso me enseñó mucho. Llego a un equipo
donde hay dos Salón de la Fama, Edgar Martínez, Ken Griffey Jr. y estaba Alex
Rodríguez, uno de los grandes peloteros de la historia. Yo veía lo que hacía él
para prepararse antes de un juego, como se alistaba para la siguiente campaña.
Siempre fui observando esos detalles. Eso fue clave en mi carrera. Fue un equipo
donde ganamos 116 juegos en una campaña.
¿Qué te dejó Detroit como ciudad y como equipo?
Para mí fue un reto, porque venía de uno de los mejores equipos a uno de los
peores, y me recibe Dave Dombrowski y me dice, nosotros vamos a tratar de
poner el mejor equipo competitivo para estar en una Serie Mundial. Esta es una
ciudad deportiva donde están los Tigres, los Red Wings, los Pistons, los Lions y
muchos fanáticos. Puse en práctica todo lo que aprendí de Edgar Martínez y
empecé a llevar a estos jóvenes a forjar un equipo competitivo. Luego llegó Iván
Rodríguez con experiencia de Serie Mundial con los Marlins, hicimos un buen
engranaje y a los dos años estábamos en la final que perdimos lamentablemente.
Al final fue todo un éxito para la organización.
Durante tu primer All-Stars en el 2004, los venezolanos queríamos verte
jugar y lamentando mucho el manager no te puso en acción. ¿Cómo
manejaste la emoción ese día de no jugar, porque además de ser el primero,
tú no sabías si venía otro?
Siempre supe mi rol en mi primer Juego de Estrellas, sé que siempre hay un
pelotero que se queda sin jugar, pero estoy muy feliz, lo disfruté mucho. Pero eso
me motivó a seguir haciéndolo mejor y vinieron dos más.
Te voy a dar cuatro nombres y quiero que me resumas brevemente que son
para ti.
Ken Griffey Jr.
El mejor pelotero natural que he visto en toda mi vida.
Freddy García.
Batallador, trabajador, exitoso y me enseñó que cuando la torre de control (la
mente) está bien, puedes hacer muchas cosas.
Magglio Ordóñez
Un pelotero natural, ganador, completo, disciplinado y preparado para dar el
100% en el terreno.
Miguel Cabrera
Para mí es el pelotero más especial con el que jugué. Él se anticipaba a cualquier
situación ofensiva y defensiva, no fallaba. El IQ que tiene es uno de los mejores.
Foto: Nelson Muñoz