La sonrisa del principio de una nueva era
Por Mauro García Forti
Era el 28 de noviembre de 2023 a las 11:14 horas de la mañana (hora local) y la gente que había madrugado para ver los test de post-temporada de MotoGP desde las tribunas comenzaba a ponerse de pie para ver lo que estaba causando tanto revuelo en el pit lane del Circuit Ricardo Tormo de Valencia.
Allí abajo, un revuelo de fotógrafos y periodistas se congregaba alrededor del box del Team Gresini Racing y eso sólo significaba una cosa, Marc Márquez estaba a punto de salir a la pista subido a su nueva Ducati.
Instantes después, los mecánicos sacaron la moto con el número “93” estampado en un rojo intenso y poco más tarde, el piloto ataviado con un mono y un casco a juego con la decoración de camuflaje de su montura, salió del garaje y se subió a su nueva arma.
La ovación del público no tardó en oírse nada más salió al trazado, quedándose las tribunas enteras de pie para ver pasar al ocho veces campeón del mundo.
Marc empezó con un ritmo muy suave, comenzando a tomar sensaciones de una moto tan diferente en comparación con la Honda que manejó durante tantos años. Pero una vez se instaló sobre su “Bala de Bolonia”, comenzó a volar.
El catalán parecía cómodo sobre la Desmosedici GP23 y no tardó en escalar por la tabla de tiempos.. completadas siete vueltas volvió al garaje con el tercer mejor tiempo y con caras de incredulidad y de diversión en el box del Gresini, pero la imagen que resumió toda la jornada fue cuando el piloto se quitó el casco para hablar Frankie Carchedi, su nuevo jefe de mecánicos y vimos esa sonrisa de oreja a oreja, típica de un niño al que le gusta mucho el juguete nuevo que le acaban de regalar.
Poco después volvió a salir a la pista y esta vez sí consiguió ponerse en primera posición e incluso logró mejorar su registro. Márquez agitaba la mano, sorprendido por la velocidad de la Ducati y la realización se fue directa a enfocar las caras de los jefes del equipo de fábrica, Gigi Dall’Igna y Davide Tardozzi, que miraban muy serios a la pantalla.
Posteriormente, Tardozzi a pie de pista declaró ante la prensa que le había parecido impresionante el desempeño del octocampeón con la moto de Borgo Panigale, no se esperaba que tuviese un rendimiento tan espectacular con tan poco tiempo de adaptación.
Ya en el entorno Ducati se traga saliva, porque a pesar de que competirá el año próximo con maquinaria de este año, lo ven como un serio candidato a luchar por el título contra los hombres que manejarán la última versión, la Desmosedici GP24.
Los demás pilotos no estaban para nada sorprendidos, se esperaban que fuera rápido desde el principio y hasta ya los corredores que comparten marca con él ya se han empezado a fijar en pequeños detalles de conducción de Márquez para compararlos con sus propios estilos al manejar la misma moto a pesar de que a estas alturas todavía ninguno de ellos ha alcanzado el límite.
Por fin parece que Márquez vuelve a disfrutar encima de una MotoGP luego de tantos años de sufrimiento con Honda y eso es un hecho que para el campeonato es importante, porque que la cara más popular en la actualidad del mundo del motociclismo vuelva a tener una moto competitiva siempre es un refuerzo positivo para el interés del público en la competición.
Marc por fin ha conseguido lo que quería, volver a disfrutar, inquietar a sus rivales y sobre todo, llenar de esperanza a sus fanáticos que tanto tiempo llevan esperando que vuelva a luchar por un título mundial.
Hasta el 31 de diciembre por contrato no puede decir nada acerca de las nuevas sensaciones en su nueva aventura, pero su sonrisa deja un mensaje claro, “el año que viene nos vamos a divertir”.