McLaren Vuelve a Ponerse la Corona

Por Mauro García Forti

En Abu Dabi nos asomamos a una ventana al pasado. Ferrari y McLaren volvían a jugarse un título mundial de Constructores en la última prueba del Campeonato del Mundo por primera vez desde 2008.

Las dos escuderías más icónicas de la Fórmula 1 llegaban separadas sólo por 21 puntos, siendo la formación papaya la llevaba la delantera no sólo en la tabla sino también sobre el asfalto, porque el MCL38 una vez más superaba en rendimiento al SF-24 de los italianos.

Por si las cosas no estuviesen suficientemente complicadas ya para los de Maranello, Charles Leclerc tuvo que cambiar la unidad de combustión interna de su motor, lo que supuso una sanción de diez puestos en la grilla para el monegasco.

En la clasificación se decidiría buena parte del título y para mayor desesperación de Ferrari, Leclerc quedó eliminado en Q2 por un error en su vuelta y fue condenado a partir en último lugar al día siguiente. Por delante, a pesar de que Sainz dio todo para robarles la pole a Norris y Piastri, los dos hombres vestidos de naranja consiguieron bloquear la primera línea con el británico llevándose la última pole position del año.

De esta manera, McLaren tenía todo en el bolsillo, sólo había que defender la ventaja hasta la bandera de cuadros para acabar el trabajo. No obstante, Ferrari no se iba a rendir tan fácilmente y en 58 vueltas podían pasar muchas cosas. 

Y vaya si pasaron cosas, porque nada más en la arrancada Max Verstappen se llevó por delante a Piastri, dejando solo a Norris en la punta seguido muy de cerca de Sainz. A los de Woking sólo les quedaba un soldado en pie y luego de la espectacular vuelta de Leclerc, en la que había subido desde la decimonovena a la octava posición en cuatro curvas, la preocupación comenzaba a aparecer en la cara de los mecánicos del equipo británico.

Leclerc luego de los pit stops ascendió a la tercera posición. Con esa situación, Ferrari solamente necesitaba ganar la carrera para convertirse en campeones, pero a pesar de que la balanza comenzaba a decantarse por la Scuderia, Lando Norris lo tenía todo bajo control.

El inglés tenía el monoplaza más rápido sobre la pista y no dejaba en ningún momento que Sainz se le acercara, durmiendo así la carrera y neutralizando cualquier intento de la escudería italiana, que se quedó sin cartas en la manga y acabó perdiendo el título cuando Norris cruzó la línea de meta en la vuelta 58 provocando la locura en el garaje de la escudería fundada por Bruce McLaren.

Veintiséis años más tarde, McLaren ha vuelto a la cima de la Fórmula 1. No ha sido un camino fácil, muchos proyectos ambiciosos no llegaron a buen puerto y, finalmente, una versión reforzada liderada por Zak Brown y Andrea Stella ha conseguido traer la copa a casa luego de que unos Mika Hakkinen y David Coulthard, liderados por Ron Dennis, lo hicieran en 1998.

El increíble crecimiento se tradujo en el desarrollo del monoplaza, que desde el GP de Miami consiguió desafiar a Red Bull, superarlo y defender su ventaja ante esta y una Ferrari que también renació en la segunda mitad del campeonato para así dejar atrás a Mercedes en el palmarés e igualar a Williams en el segundo lugar con 9 títulos mundiales sólo por detrás de Ferrari.

Si hay algo que puede quedarle a McLaren como materia pendiente es el Mundial de Pilotos. Todavía cuesta creer que teniendo la maquinaria más potente de todo el paddock no pudieran ganar también este título, pero Verstappen en esta ocasión fue intocable.

2025 se presenta como un desafío para los trabajadores de la fábrica de Woking, esta vez comenzarán como defensores de la corona y a diferencia de este año, no se van a contentar con solamente ganar uno de los dos títulos. La próxima temporada parece que comenzará al rojo vivo y los hombres de naranja deberán estar listos para llevarse todo el botín.

Dejar un comentario

Debes iniciar sesión para publicar un comentario.