El surf, prohibido en Hong Kong

Por Marc Fontrodona

La comunidad surfista de Hong Kong se enfrenta un inesperado revés tras la implementación de una normativa que prohíbe el uso de tablas de surf en las 42 playas públicas gestionadas por el Departamento de Servicios Culturales y de Ocio (LCSD). La medida, amparada en la regulación de playas para bañistas, busca proteger a los nadadores, pero ha generado malestar e incertidumbre entre los deportistas locales.

En playas icónicas como Big Wave Bay, carteles de “No surfing” se han convertido en una imagen habitual en los últimos meses. Según la normativa, cualquier persona que utilice una tabla de surf en zonas designadas para nadadores puede enfrentarse a multas de hasta 2.000 dólares hongkoneses (unos 240 euros) o incluso 14 días de prisión. Esta decisión ha tomado por sorpresa a los surfistas, quienes aseguran no haber recibido explicaciones claras sobre la razón detrás de esta prohibición.

“La falta de comunicación es lo más frustrante”, comenta un surfista local en un vídeo reciente. “Nos han dicho que es por seguridad, pero nunca ha habido incidentes graves que lo justifiquen. Tampoco sabemos si será una medida permanente”.

El gobierno sostiene que el surf siempre ha estado técnicamente prohibido en las playas públicas, pero los surfistas locales aseguran que esta regla rara vez se aplicaba con rigor. De hecho, hasta hace pocos meses, las zonas como Big Wave Bay funcionaban bajo una convivencia tácita entre nadadores y surfistas, gracias a un sistema informal de respeto mutuo.

Los surfistas insisten en que una solución viable sería la separación de zonas para nadadores y áreas específicas para el surf, una práctica común en otros destinos costeros. “En Hong Kong hay pocas playas aptas para surfear. Prohibirlo aquí afecta directamente a una comunidad pequeña pero apasionada”, señala un surfista experimentado, quien también destaca la importancia del surf como válvula de escape en una ciudad conocida por sus altos niveles de estrés.

Mientras las autoridades intensifican los patrullajes y las sanciones, la tensión entre surfistas y funcionarios sigue aumentando. Algunos deportistas han empezado a organizarse para solicitar un diálogo abierto con el LCSD, buscando preservar una cultura que ha florecido durante décadas en las playas de Hong Kong.

La pregunta ahora es si ambas partes lograrán encontrar un equilibrio que permita garantizar la seguridad sin sacrificar la esencia de la vida costera y la práctica del surf.

Foto: YouTube

Fuente: as.com

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