Bugatti disecciona la tecnología del Tourbillon y aprovecha para insinuar lo que sus clientes más desean
Por Fran Romero
El Bugatti Chiron ya era una de las obras maestras de la ingeniería del automóvil y su sustituto ha logrado superar lo que parecía imposible. La marca francesa ha logrado engañar a muchos al hacer creer que el heredero más moderno de este hiperdeportivo era una simple evolución cuando en realidad se trata de un modelo completamente nuevo concebido desde una hoja en blanco.
El mínimo parecido entre el Chiron y el nuevo Tourbillon es sólo una cuestión subjetiva y de una aerodinámica que ha sido capaz de ofrecer unas cualidades como nunca antes se habían alcanzado en un modelo de producción en serie. De ahí que, superpuestos el uno al otro, la silueta de uno y otro encajen a la perfección. Sin embargo, desde el punto de vista técnico, nada tienen que ver ambos y así lo ha desvelado Bugatti al revelar algunos de los secretos del nuevo Tourbillon.
Los retos en la concepción del nuevo Bugatti Tourbillon
Bugatti ha reconocido que tuvieron dos opciones encima de la mesa para el desarrollo del nuevo Tourbillon. La fácil era partir de la base del Chiron y hacer los cambios necesarios, la difícil -y por la que apostaron- fue por empezar desde una hoja en blanco. En ambos casos, los desafíos y los problemas siempre aparecen, incluso en el primero pueden magnificarse hasta alcanzar grandes cotas al estar más limitados por la propia estructura o plataforma.
La segunda opción, obviamente, no plantea estas limitaciones, por lo que los técnicos de Bugatti optaron por desarrollar un chasis monocasco de fibra de carbono completamente nuevo, capaz de resistir las grandes fuerzas generadas por el gran motor V16 de 8.3 litros ubicado detrás del habitáculo. Como puedes ver en la galería, la batería está dispuesta en forma de «T», aprovechando el túnel de transmisión llegando hasta por detrás de los escapes.
El espacio es clave, y a pesar de que el capó delantero del Tourbillon no es de los más largos, aloja dos motores eléctricos que desarrollan una potencia máxima de 680 CV además de cinco radiadores para enfriar a estos, los frenos y alimentar al climatizador automático.
La plataforma del nuevo Tourbillon es apta para futuros modelos, ¿un SUV?
El tercer motor eléctrico se encuentra en el eje trasero, ofreciendo otros 430 CV y con el que ofrece la tracción total. Un eje electrificado fue una opción pero la marca se decantó por instalar la máquina eléctrica sobre el eje, teniendo en cuenta el paso de parte de las baterías, lo que obligó a desplazar el bloque de combustión más cerca del habitáculo y a reubicar los tanques de combustible a las aletas traseras.
Incluso, a pesar de estos esfuerzos, Bugatti ha confesado que la estructura de choque trasera tuvo que integrarla en el enorme difusor al no disponer de más espacio para una viga.
El Tourbillon no será el único hiperdeportivo de la marca francesa, ya que esta ha señalado que «es una declaración de intenciones». Está claro que la nueva plataforma está preparada para durar mucho tiempo, apuntando que «será fundamental para todo lo que haga la marca a partir de ahora». Unas declaraciones muy interesantes que avivarán muchos fuegos ante la posible llegada de nuevos modelos. Por ejemplo, un SUV.
Foto: Bugatti
Fuente: motor.es