La F1 Pierde Su Sonrisa
Por Mauro García Forti
Llegó el anuncio que ningún fanático quería ver. Ya algo se intuía luego en las ruedas de prensa por las declaraciones y los lenguajes corporales, pero ya es oficial, Daniel Ricciardo dejará de ser piloto de RB con efecto inmediato y será Liam Lawson quien ocupe su lugar en la estructura filial de Red Bull.
No es una noticia fácil de encajar para los aficionados. Si bien es cierto que la irregularidad ha sido la que ha marcado el último paso del australiano por la competición al no haber logrado encadenar buenos resultados ni tampoco imponerse a su compañero de equipo, despedirse así de una figura tan grande en este deporte durante la última década deja una sensación amarga para los amantes del motor.
Ricciardo llegó a nuestras vidas debutando con el extinto equipo HRT en 2011, pero realmente lo conocimos cuando comenzó a brillar con Toro Rosso en 2012 y 2013, hecho que le permitió convertirse en el compañero de Sebastian Vettel para la temporada 2014 en Red Bull.
De Daniel se esperaba que fuese el escudero del alemán, pero el nacido en Perth sorprendió al mundo derrotando holgadamente al tetracampeón mundial. Desde ese momento, tomó las riendas de Red Bull hasta que la llegada y consolidación de Max Verstappen como apuesta de futuro de los austriacos provocó que un Daniel que no quería ser un número 2 en Milton Keynes hiciera las maletas rumbo a Renault a finales de 2018.
Con su llegada a la casa del rombo, el australiano comenzó su periplo lejos de la formación de los toros rojos. Los dos primeros años fuera los pasó con la estructura francesa, comenzando con un 2019 complicado pero con un 2020 en el que estuvo soberbio y le abrió las puertas en McLaren, donde a diferencia de lo que ocurrió en Renault, nunca pudo adaptarse correctamente.
De esta forma, a pesar de haber logrado una victoria histórica para la escudería de Woking en el Gran Premio de Italia de 2021, a finales del 2022 Ricciardo fue despedido para dar cabida en la estructura a un joven compatriota suyo, Oscar Piastri.
2023 comenzó con la vuelta del hijo pródigo a Red Bull, pero en el rol de piloto reserva, a la espera de una oportunidad para regresar. Finalmente la oportunidad llegó a mediados de la temporada en la estructura filial de la escudería de la bebida energética, que todavía entonces era conocida como Alpha Tauri. Ricciardo mostró un balance positivo a pesar de una lesión en la muñeca y algunos malos resultados y consiguió continuar en el equipo para 2024 a la espera de que se abriera algún hueco en el mercado o incluso en Red Bull.
Pero 2024 no fue benévolo y luego de un año tan complicado para él, Red Bull ha decidido bajarlo del auto luego de este Gran Premio de Singapur. Un final triste para Daniel, quien se marcha por la puerta de atrás no sin antes haber hecho un último acto por la causa de los energéticos al robarle un punto a Norris firmando la vuelta rápida de la carrera.
Desgraciadamente, la versión actual de este corredor no tiene cabida en la competición, pero un piloto que ha logrado tanto en este deporte no se merecía una despedida así.
Desde luego hubo años en los que compitió a un nivel con el que seguramente habría sido campeón del mundo alguna vez, pero como pasa con muchos pilotos, no le tocó estar en el lugar preciso y en el momento indicado.
A pesar de marcharse sin la máxima corona a la que puede aspirar un corredor, el impacto que ha dejado Daniel en el deporte y en los fanáticos será muy difícil de borrar. Al fin y al cabo, su maestría para los rebases siendo siempre el último en pisar el freno, esas victorias teñidas de épica como aquella en Hungría en 2014 pasando a tres campeones del mundo en las últimas vueltas, o la de Mónaco en 2018, defendiendo su liderato con la parte eléctrica del motor averiada, ya son recuerdos tatuados en la memoria de todos aquellos que pudieron disfrutar de sus mejores momentos con un volante en las manos.
Sin embargo, a pesar de todas sus hazañas, no sorprende que lo que más extrañaremos de Daniel RIcciardo es su personalidad, siendo siempre la causa de las risas en el paddock y uno de los favoritos de los periodistas y fanáticos por su cercanía, amabilidad y sentido del humor.
Esta temporada será aquella que se recordará por el resurgimiento de McLaren y una pelea inusual por el campeonato, pero también la recordaremos como el año en el que a la Fórmula 1 se le borró la sonrisa.