A Márquez se le acaban las opciones
Por Mauro García Forti
Este 2024 ha sido el año en el cual hemos visto de nuevo a Marc Márquez disfrutar encima de una moto. El español vuelve a sonreír meses después de haberse planteado la retirada, pero a pesar de las buenas noticias, los fanáticos del número “93” no deben de estar contentos, ya que cada vez sus opciones para ser campeón este año son más escasas.
La época en la que un piloto con su talento y una moto no tan competitiva podían marcar la diferencia hace tiempo que ya ha pasado. Obviamente el talento todavía juega un papel, pero los avances tecnológicos de los últimos años han provocado que el hombre dependa más de la mecánica que de sí mismo.
Y contra este realidad se ha encontrado Marc, cuya Ducati Desmosedici GP23 comienza a quedarse atrás en términos de rendimiento si la comparamos con la sucesora que manejan pilotos como Pecco Bagnaia o Jorge Martín, la Desmosedici GP24. La nueva arma de los italianos tiene un motor más potente y unas características que producen un mejor paso por curva con respecto a su predecesora, lo que obliga al ocho veces campeón del mundo a ir al límite y arriesgar mucho más cada vez que sale a la pista.
Por supuesto, ir al límite o incluso superarlo siempre tiene sus consecuencias y eso se ha visto durante toda la temporada, ya que Márquez se ha caído en alguna sesión en muchos de los grandes premios disputados mientras probaba hasta qué punto podía forzar a la moto. Y si esto sigue así, posiblemente supere su récord de temporada con más caídas en su trayectoria deportiva, hecho que podría afectar a su salud de cara al reto que tiene por delante a partir de 2025 en el equipo oficial de Ducati.
Por supuesto, la falta de velocidad de la moto y la irregularidad del piloto le han costado valiosos puntos en el campeonato. Ya ha perdido el tercer puesto en la clasificación contra Bastianini y cada vez el liderato está más lejos.
A Marc no le falta velocidad, prueba clara de esto lo vimos con una remontada en Austria desde la decimotercera posición al cuarto lugar después de un error en la salida, pero son estos fallos los que han terminado prácticamente con sus opciones de ser campeón este año.
Para el año que viene el factor clave a corregir será no pecar de impulsividad ni de agresividad, porque competir mano a mano contra un piloto tan preciso como Pecco Bagnaia requiere mucha cabeza fría. El italiano no falla y Marc necesitará recuperar aquella versión implacable que mostró la última vez que fue campeón del mundo para volver a soñar con igualar a Valentino Rossi ganando esa novena corona que tanto se le escapa.