Crash Bandicoot nos conquistó en 1996, y repitió 2024, pero estuvo a punto de ser algo totalmente distinto

Por Marcos Wagih

No todos los días podemos regresar al pasado y revivir nuestra infancia mediante una trilogía que no solo dice respetar sus orígenes, sino que, además, mejora todo aquello que vivimos cuando éramos unos críos. Tiempo ha, Activision decidió recuperar una de sus sagas más emblemáticas: Crash Bandicoot. Y no lo hizo de cualquier manera, sino que se aventuró en ella a través de un remake cargado de amor: Crash Bandicoot N. Sane Trilogy. Ahora, casi siete años después, he podido disfrutar de él una vez más gracias a Game Pass.

En efecto, el afamado juego de Activision aterrizó el pasado 8 de agosto en el servicio de suscripción de Microsoft. Tras darle un par de vueltas, decidí darle una oportunidad una vez más, y lo cierto es que no me he arrepentido en lo más mínimo. En su origen lo jugué en Nintendo Switch, mas debo decir que el salto de calidad que ofrece al ir a un PC Gaming es simplemente brutal. La posibilidad de disfrutar de los tres juegos originales a 60 frames por segundo es algo simplemente mágico, por lo que si no lo habéis probado todavía, os lo recomiendo muchísimo.

Crash Bandicoot, lo que pudo ser... Y menos mal que no fue

No obstante, en este texto no pretendo desgranar las cualidades de Crash Bandicoot N. Sane Trilogy ni de Game Pass, sino que he querido aprovechar la noticia para hablaros de la que fue una de las sagas más míticas de su tiempo y de algunas historias que seguramente no conozcáis. Una de las más importantes es que, en su origen, Crash Bandicoot iba a ser un vombátido (wombat). En efecto, la identidad de nuestro curioso protagonista iba a ser completamente diferente, pues su nombre era Willy the Wombat. Por suerte, aquello solo era una idea preliminar, y al final acabaron optando por un dingo.

Así que sí, de haber llevado a cabo esa idea, Crash Bandicoot habría sido un protagonista completamente diferente al que hoy día conocemos. Curiosamente, este no es el único cambio que Naughty Dog (sus creadores originales) implementaron durante las primeras fases de desarrollo. Aunque al final optaron por hacer un personaje bastante simple en lo que a habilidades se refería, el concepto inicial hablaba de una criatura capaz de recoger cocos para tirárselos a los enemigos e, inclusive, hacerle llaves a estos. Sí, podíamos agarrarles y estamparlos contra el suelo... Y es algo que me habría gustado ver, la verdad.

Otro detalle curioso, aunque esto en realidad no es un cambio, está relacionado con la fruta. Cuando era un crío, siempre pensé que lo que recogíamos al avanzar por distintos niveles eran manzanas, pero no. Esta en realidad es totalmente ficticia y recibe el nombre de Wumpa. Lo que sí es cierto es que en realidad sería una mezcla de manzana y mango, tanto en diseño como en sabor, siendo este el motivo por el que muchos lo acabamos confundiendo. De hecho, no lo descubrí hasta hace poco.

Y volviendo al tema de "Crash Bandicoot" podría haber sido algo completamente diferente, ¿sabíais que al comienzo sí que hablaba bastante? Según The Crash Bandicoot Files: How Willy the Wombat Sparked Marsupial Mania HC, libro oficial escrito por Jason Rubin y Andy Gavin en el que hablan sobre la franquicia, no sabía mantener la boca cerrada. Todo era culpa del Doctor Neo Cortex. Al experimentar con él e intentar hacerle más inteligente, lo que habría hecho es dotarle de más ingenio (ese toque bromista todavía lo conserva) y le habría hecho muy hablador. Al final, Naughty Dog decidió omitir este último punto, puesto que consideraban que podía distraer al jugador de lo verdaderamente importante.

Ahora bien, si me preguntáis cuál es el cambio más importante de todos, y el que habría provocado que Crash fuese algo totalmente diferente, es el de poder agarrarse al borde de las plataformas. En algunas de las ideas originales del juego, Crash Bandicoot podría haberse sujetado al borde de los sitios a los que saltaba, reduciendo muchísimo la dificultad y haciendo del juego algo completamente diferente. Por suerte, esto al final se omitió, dejándonos con uno de los títulos más desafiantes de su época.

Foto: Cortesía

Fuente: marca.com

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