La paciencia de Horner comienza a agotarse
Por Mauro García Forti
Definitivamente el año 2024 no está siendo uno que Checo Pérez recordará con cariño en el futuro. El mexicano no ha conseguido encontrar su mejor versión esta temporada y tampoco ha conseguido adaptarse tan bien como su compañero de equipo al RB20.
Como resultado de estos problemas, podemos ver que Checo sólo lleva cuatro podios esta temporada mientras que Verstappen lleva nueve, de los cuales siete han sido victorias. Pero si esto no fuera un dato alarmante para el de Guadalajara, sus estadísticas los sábados son realmente preocupantes.
Siempre se ha dicho que la clasificación es el talón de Aquiles de Pérez, pero este año su mal promedio ha llegado a un punto que nunca habíamos visto. Y es que desde el Gran Premio de Emilia-Romaña encadenó una racha de malas clasificaciones que afortunadamente pudo romper en el último Gran Premio de Bélgica.
Claramente, al comenzar Sergio las carreras desde tan atrás, Max se queda solo por delante rodeado de equipos que tienen a sus dos pilotos más adelante como suele ocurrir en equipos como McLaren o Mercedes, representando una amenaza constante para el campeón del mundo al poder llevar a cabo estrategias diferentes para atacarlo.
Por esta razón es que a Pérez se le ha comenzado a considerar el punto débil de la formación de Milton Keynes y a pesar de que ya firmó su renovación contractual por dos años más, su pobre rendimiento ha hecho saltar los rumores de que en Red Bull podrían sacarlo de su asiento para colocar a otro corredor de la escudería austriaca.
Estos rumores por supuesto se vieron alimentados por los ya casi tradicionales comentarios de Helmut Marko, asesor de la escudería, en los cuales matiza los errores de su piloto y lo insta a mejorar. Pero quien conoce el proceder del veterano directivo con sus pilotos sabe perfectamente que sus declaraciones son advertencias de que corre el riesgo de ser despedido. Sin embargo, estas declaraciones nunca han sido tomadas demasiado en serio debido a la enorme fe que Christian Horner ha puesto sobre el ganador de seis Grandes Premios de Fórmula 1.
No obstante, luego de la mala clasificación de Sergio en Hungría, los comentarios de Horner daban a entender que comienza a perder la confianza en el talento del piloto azteca para manejar el segundo monoplaza de su equipo. Y tras el mal resultado en Bélgica, donde Checo arrancó segundo y acabó octavo, parece que los días del ex piloto de marcas como Sauber, McLaren o Force India en la casa del toro rojo están contados.
De hecho, esta semana tuvo lugar una reunión para decidir si bajaban o no a Pérez del coche, pero fieles a la estrategia de mantener la continuidad dentro de la estructura, tendremos a nuestro representante de Latinoamérica al menos hasta final de temporada.
Quedan diez carreras para finalizar el año y serán diez finales para demostrar que merece su puesto en un equipo de lo alto de la tabla. Parece un reto muy difícil visto todo lo que ha ocurrido esta temporada, pero si hay un piloto que sabe lo que es estar entre la espada y la pared, ese es Checo y si repasamos lo que ocurrió aquella vez, la cosa no terminó nada mal.