Norris vs Verstappen, una alegría para Russell
El Campeonato del Mundo de Fórmula 1 llegó a una nueva ronda del calendario, el Gran Premio de Austria, casa de la escudería Red Bull y el patio de recreo de Max Verstappen, quien ha ganado en cinco ocasiones en el Red Bull Ring.
La estructura con sede en Milton Keynes siempre ha sido muy superior a sus rivales en esta pista, pero en esta ocasión, McLaren era verdaderamente una amenaza para los intereses de los hombres dirigidos por Christian Horner.
Estaba claro desde la Clasificación del Sprint que la formación naranja nuevamente iba a poner las cosas muy difíciles con Norris y Piastri clasificando entre los tres primeros, pero Verstappen estaba allí para bajar los ánimos de los coches papaya al batir a Norris por cuatro décimas, todo un mundo en un circuito tan corto.
Por si esto no fuera poco, el neerlandés se encargó de demostrar quien es el que manda marcándose un Sprint en el que se defendió con uñas y dientes de los pilotos de McLaren, que iban más rápido que él pero que no pudieron igualar la contundencia y la regularidad con la que el piloto tres veces campeón del mundo pilotó para llevarse la victoria.
Obviamente las críticas de muchos fanáticos se cebaron con Norris, que llegó a pasar a Verstappen pero que fue incapaz de tapar el interior en la curva 4, situación que un corredor agresivo como Max no desaprovechó para recuperar el liderato. La falta de firmeza de Lando le costó esa victoria, pero para el domingo tomaría apuntes para el domingo.
La arrancada de Verstappen el domingo fue de libro. El piloto de Red Bull dominó a placer la prueba durante gran parte de las vueltas con un ritmo de carrera que Lando Norris a duras penas podía replicar, lo que hacía que perdiera distancia con el líder de la prueba. No obstante, el destino a veces está a favor del fanático y en el último pit stop todo cambió.
Red Bull y McLaren llamaron a los dos que se jugaban la victoria a hacer su último cambio de ruedas, pero esta vez se dio una de las pocas ocasiones en las que los mecánicos de la bebida energética fallaron en la parada. 6,4 segundos que se hicieron eternos y que le dieron el oxígeno que Lando necesitaba.
El joven piloto británico al cabo de una vuelta le recortó un segundo y medio al holandés, que veía como todo lo que había construido durante tantas vueltas corría el riesgo de evaporarse en cuanto Norris comenzó a abrir el DRS. El ataque estaba a punto de llegar y en ese momento de tensión, apareció el Verstappen más marrullero en muchísimo tiempo, girando el volante en la frenada o cerrando los huecos bruscamente.
Lando también subió el nivel de agresividad, intentando un adelantamiento desde muy lejos, entrando pasado a la curva y echando a su rival fuera de la pista, teniendo que devolverle la posición posteriormente para no recibir sanción. Que el inglés superara al neerlandés parecía inminente y a pocas vueltas del final, Lando lo intentó de nuevo en la curva tres. Max lo estranguló lo máximo que pudo, provocando un contacto entre las ruedas de ambos coches y provocando reventones en ambos coches. A pesar de ir con el neumático pinchado, el holandés no se dejó pasar, echando al piloto de McLaren a la hierba, acción que fue castigada con 10 segundos de sanción.
Pero quién salió beneficiado fue George Russell, que había tenido una carrera tranquila en tercer lugar y de repente se encontró con un liderato caído del cielo que no desaprovechó para llevarse su segunda victoria en la Fórmula 1 y la primera de Mercedes este año, seguido de Piastri y el Ferrari de Carlos Sainz cerrando el podio.
Entre los dos damnificados, Verstappen logró regresar a pista y ser quinto, mientras que Norris no pudo seguir y se vio forzado a retirarse. Un duro golpe para el inglés que ve cómo a pesar de que su rival sufrió lo mismo, no salió tan damnificado, ganando diez puntos más en la clasificación de pilotos. El piloto de Bristol nuevamente pagó las consecuencias de no mostrarse férreo en el duelo con el tricampeón mundial. Brilla en el ritmo de clasificación y en el de carrera, pero por lo que parece, todavía le queda pulir el cuerpo a cuerpo, cosa que con un Max al nivel al que está corriendo, complica mucho las opciones de llevarse la victoria.
Lo de Russell también nos indica la realidad de este deporte, a veces las oportunidades llegan por sorpresa, pero hay que trabajar duro para poder estar en el sitio adecuado para poder aprovecharlas. Un grandísimo fin de semana para él, quien llegará al Gran Premio de Gran Bretaña con una sonrisa de oreja a oreja y un nuevo trofeo bajo el brazo.