Siempre les quedará Max
Por Mauro García Forti
El Gran Premio de Canadá era una de las carreras más esperadas por los fanáticos, el pronóstico de lluvia durante todo el fin de semana en Montreal y la igualdad vista en las últimas carreras hacía que los aficionados no quisieran perderse la acción en el Circuito Gilles Villeneuve.
A pesar de que en los entrenamientos no hubo oportunidad de ver demasiado, nos llevamos una sorpresa al ver que Mercedes resucitaba y mostraba tiempos competitivos que posteriormente se confirmaron en la clasificación. George Russell voló sobre la pista mojada para llevarse la pole position que tan lejos parecía de la escudería alemana marcando un tiempo idéntico al de Max Verstappen, quien sacó la casta de campeón para salvar a una Red Bull desafinada en el circuito canadiense del desastre del que no escapó Checo Pérez, que cayó en Q1.
Tampoco fue la mejor clasificación de la Scuderia Ferrari, que luego de haber hecho la pole position en Mónaco pasó a no meter a ninguno de sus coches en la Q3, un varapalo para las aspiraciones de los italianos en el Campeonato de Constructores.
A pesar de que Russell y Verstappen hicieron tiempos idénticos, el inglés se llevó el gato al agua al haber hecho su vuelta rápida antes que el holandés, hecho que vimos por última vez en el Gran Premio de Europa de 1997, en el que Heinz-Harald Frentzen, Jacques Villeneuve y Michael Schumacher clavaron el mismo tiempo, pero fue el primero el que ocupó la casilla del poleman por el mismo hecho que lo hizo Russell.
Lo cierto es que Verstappen lo volvió a hacer, cuando el Red Bull no estaba para estar tan arriba, el tres veces campeón del mundo hizo gala de su tenacidad para colocarse en un puesto que le permitiera luchar por todo.
Y mucha falta le iba a hacer a Max ese segundo lugar en la grilla, porque el clima no daba tregua y los Mercedes y los McLaren tampoco, ya que Norris, el primero de los coches papaya, sólo se quedó a veintiún milésimas del registro de Russell.
Tal y como se esperaba, la lluvia llegó para la arrancada y la pista, que ya en seco suele convertirse en un cuello de botella en la primera curva, se convirtió en una pista de patinaje en la que tener un accidente era extremadamente fácil. Debido a esto, todos salieron con muchísima precaución, tratando de sobrevivir en unas primeras vueltas en las que los Haas ganaban posiciones rápidamente por una estrategia agresiva en la que colocaron gomas de lluvia extrema mientras que los demás luchaban por mantenerse sobre el asfalto.
Russell se mantuvo por delante, liderando un grupo que le pisaba los talones liderado por un Max que no lograba pegarse al Mercedes del británico pero que mantenía detrás a los McLaren. A medida que la pista se secaba, los Haas perdieron la ventaja y Verstappen comenzó a ganarle terreno al líder, llegando a hacer intentos por pasarlo, pero en lluvia los errores son la norma y ni los campeones del mundo son inmunes a ello, provocando que viéramos al neerlandés cometer un error después de tanto tiempo.
Debido a este error y que la pista se secaba, Norris se pagó al alerón trasero del RB20 del tricampeón y lo pasó, yendo directo a por Russell a quien también acabó superando para ponerse líder de la prueba. McLaren iba a por la carrera, pero un fallo de estrategia durante un período de Safety Car permitió a Red Bull ganar el liderato de la prueba por un escaso margen.
Los ingleses fueron valientes dejando fuera a Norris e intentando abrir una distancia segura con un Verstappen que había superado a Russell y había cambiado gomas. Estuvieron cerca, pero la experiencia de los austriacos en estas situaciones le dio la delantera a Verstappen, quien no soltó la primera posición hasta la bandera de cuadros mientras Norris aseguraba la segunda posición y Russell conseguía el primer podio para Mercedes en 2024 luego de una maniobra al límite contra Lewis Hamilton, un claro mensaje del cambio de jerarquía en la casa de la estrella.
Pero el hombre del día volvía a ser Verstappen, que luego de haber estado lejos del podio en Mónaco, regresó triunfal a lo más alto en una carrera en la que su equipo no era el favorito. El holandés demostró el porqué se lo conoce como el mayor talento de esta generación para vencer con un coche difícil de manejar a una McLaren que no para de mejorar en cada carrera y a una Mercedes que en Canadá pareció estar de regreso.
Quizá el RB20 ya no sea tan dominante como a principios de la temporada y Ferrari y McLaren cada vez están poniendo las cosas más difíciles, pero Red Bull puede estar tranquila, Max Verstappen pilota para ellos.