WILSON ÁLVAREZ Y SU NO HIT NO RUN
Por Nelson Muñoz
@nelsonrafael013
El 11 de agosto de 1991 yo apenas tenía 11 años, ese día Wilson Álvarez quien estaba en su primer año con los Medias Blancas de Chicago, se vistió de gloria y enalteció no solo al béisbol nacional, sino al deporte venezolano.
Ese día lanzó el primer “No Hit, No Run” para un venezolano, al dominar a los Orioles de Baltimore y pintarlos de cero con pizarra de 7x0.
Hablamos con el protagonista de esa hazaña que cumplirá 33 años en agosto de este año y nos decía que lo recuerda como si hubiera sido ayer.
Álvarez había debutado con los Rancheros en el 89 pero no tuvo su mejor actuación: “En mi primera salida en Grandes ligas con Texas ante Toronto, no pude sacar un out” comentó el ex lanzador que dejó récord de 0-1 en una apertura, donde le fabricaron tres carreras, con dos jonrones de Tony Fernández y Kelly Gruber.
Ese mismo año, el 29 de julio, fue cambiado a Chicago en una transacción que involucraba a Sammy Sosa, Harold Baines, Scott Fletcher y su compatriota Fred Manrique.
“Después de año y medio me suben y llegue a Chicago, fue un día muy difícil para mí. Estaba muy nervioso porque me dijeron que me iban a bajar” era su primera salida con los Medias Blancas y terminó siendo el héroe de ese encuentro, en el Memorial Stadium de Baltimore, ante más de 40 mil espectadores.
En ese lineup oropéndola estaba uno de los iconos del momento, Cal Ripken Jr, acompañado de bates como los de Mike Deveraux, Chris Hoiles y David Seguí. Su pitcher oponente era Dave Jhonson.
Lanzó los nueves episodios, no aceptó hit, ni carreras, ponchó a siete y cedió cinco boletos, enfrentando a 32 bateadores con un total de 128 lanzamientos. Su receptor fue el experimentado Ron Karkovice quien lo guió detrás del plato.
A la ofensiva recibió el apoyo temprano de dos carreras en el primero y dos en el segundo, Frank Thomas la botó y se fue de 5-3, con anotada y tres empujadas. Luego hicieron tres más en el sexto, totalizando las siete del desafío.
Uno que lo ayudó fue Ozzie Guillén, no solo con el guante y el bate, sino en el aspecto emocional: “Guillén me ayudó mucho y se lo agradezco mucho, recuerdo yo nervioso, tratando de sacar los outs y él, atrás en el shortstop diciéndome y que… ¡una cervecita pues! Me daba mucha confianza, cada vez que pasaba una bola, él iba al montículo y me decía algo” comentaba Álvarez sobre la labor del campocorto quien terminó y de 3-2, con doblete y dos anotadas.
Por ese gran juego de dos horas y 45 minutos, Wilson fue apodado “El Intocable” y se convirtió en el pionero de los criollos en No Hit, No Run en MLB que siguió con lanzadores como Aníbal Sánchez, Carlos Zambrano, Johan Santana, Henderson Álvarez y Félix Hernández quien además tiene el único Juego Perfecto entre los venezolanos.