¿Es este el final de la era del Big 3?
Por Mauro García Forti
Los últimos veinte años del tenis han estado caracterizados por la presencia constante del Big 3, un término que se refiere al dominio del deporte en las últimas dos décadas, en las cuales Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic se han repartido todos los títulos salvo ciertas excepciones en las que nombres como Andy Murray, Stanislas Wawrinka o Juan Martín Del Potro han sido capaces de derrotar a estos tres titanes y quitarles algún que otros trofeos de sus vitrinas, pero el hecho es que la generación posterior, es decir la que ahora mismo roza los treinta años, ha perdido la oportunidad de luchar por grandes cosas.
Los tres han protagonizado la época dorada del tenis masculino, llevándose entre ellos sesenta y cuatro títulos de Grand Slam, dejando solamente para los demás catorce títulos desde el año 2004 hasta la actualidad, una estadística que clarifica enormemente lo que ha supuesto para el deporte la presencia de estas figuras durante todos estos años.
Mucho se esperaba de la llamada next-gen, encabezada por jóvenes talentos como Dominic Thiem, Daniil Medvedev o Stefanos Tsisipás comenzaran a terminar con esta superioridad de Federer Nadal y Djokovic, pero el caso es que las lesiones no respetaron a Thiem, Medvedev sólo una vez logró doblegar una vez a alguno de los tres en una final cuand ganó el US Open contra Djokovic en 2021 y Tsisipás llegó a ser finalista de Roland Garros pero no pudo contra el serbio, que se llevó su segundo Roland Garros.
No importa que estos tres tuvieran la desventaja de la edad, contra oponentes más jóvenes siempre supieron encontrar la manera de sobreponerse con facilidad a pesar de que fuesen en algunas ocasiones hasta más de una década más viejos que sus contrincantes recién llegados al circuito profesional.
En la actualidad, con Federer ya retirado y Nadal lesionado desde principios del año, todo parecía que Djokovic tendría el camino más fácil para lograr aumentar su palmarés y así fue en el Australian Open y en Roland Garros, donde arrasó y se llevó los dos títulos, pasando por encima de Carlos Alcaraz, la gran sensación de la nueva saga de jugadores jóvenes y gran favorito para campeonar en París, en un partido en el que la velocidad del juego del serbio desgastó físicamente al joven de veinte años al punto de provocarle calambres.
Por este motivo es que Novak llegó a Wimbledon como el gran favorito, ya que no había tenido rival en torneos de Grand Slam durante el año y porque la racha en el torneo inglés de cuatro años sin perder dejaba un reto muy grande para sus rivales.
Sin embargo, lo que vimos en la final del domingo pasado en la cancha Central del torneo londinense puede significar un cambio en este deporte. Alcaraz logró sobreponerse al que lo dejó fuera de la final de Roland Garros en cinco sets y logrando su sueño de ser campeón sobre la hierba del torneo más prestigioso del tenis.
Una victoria tan importante como esta puede significar el final antes de tiempo de esta era que comienza a llegar a su fin, pues como para todos los deportistas, llega un momento en donde las lesiones y la edad ya no perdonan, como es el caso de Federer el año pasado o el de Nadal, que declaró que 2024 sería su última temporada y por esta razón no participaría en más torneos durante este 2023 para poder disputar sin problemas un último año en el circuito profesional.
Poco a poco la generación de los Alcaraz, Sinner, Ruud o Rune está comenzando a agarrar el testigo del deporte, con diferentes estilos de juego, pero que han probado ser efectivos al llegar a finales. Alcaraz negó rotundamente luego de la final que este sea el final del Big 3 al estar Djokovic todavía en activo y al ser consciente de que Rafa volverá el año que viene, aunque no se sabe en qué nivel estará. Pero si hay una cosa que no se pude negar, es que este último partido ha hecho conocer que al menos ya hay una oposición clara de la nueva generación hacia un Big 3 que poco a poco cierra su capítulo en la historia de este deporte.
No sabemos si volveremos a ver un nivel igual sobre una cancha de tenis como el que nos demostraron estos tres grandes jugadores, por lo que solamente nos queda disfrutar mientras podamos de los dos que todavía tenemos en activo.