Pedrosa hizo estallar la locura en Jerez, pero también mostró el problema de MotoGP
Por Mauro García Forti
En el mundial de Motociclismo si hay una cita que es muy esperada por los fanáticos esa es el Gran Premio de España. Al fin y al cabo, el Circuito Ángel Nieto de Jerez es una de las pistas más emblemáticas del campeonato.
Con la lucha por el título abierta, lo normal sería que el principal tema de conversación fuese quién iba a ser el favorito para llevarse la victoria, pero lo cierto es que el protagonista de todo el fin de semana fue el regreso de Dani Pedrosa como “Wild Card” para ese fin de semana con KTM.
El español, que se retiró en 2018 de la competición ha seguido trabajando como piloto probador para la fábrica austriaca y alguna vez ha corrido alguna carrera, como por ejemplo el año pasado en Austria, pero que el “Pequeño Samurái” volviese a competir en casa desató la locura de los fanáticos.
Y vaya si el público se había volcado con el tricampeón mundial, porque si había un piloto que se deseaba que se llevara la victoria, ese era Dani.
Ante este enorme cariño, al catalán no se le ocurrió otra cosa para aumentar la locura que ser el más rápido en los primeros entrenamientos libres y sin haber rodado en mucho tiempo, colocó a su KTM en segunda línea de la formación de salida al clasificar en sexta posición en la clasificación.
En el Sprint las KTM brillarían con Brad Binder ganando la prueba y Pedrosa manteniéndose en la sexta plaza de manera muy meritoria.
El día domingo sería para Pecco Bagnaia, el campeón del mundo hizo una carrera magistral en la que consiguió doblegar con su Ducati a Brad Binder y a Jack Miller para colocarse líder del campeonato, pero nuevamente, quien se llevó la ovación del respetable y el amor del público fue el hombre montado en la moto con el número “26”, que cruzó en séptima posición luego de una gran carrera.
Y aquí tenemos la gran representación del problema de la categoría, que cada vez pierde más audiencias. Ya en el paddock casi no quedan las grandes personalidades que teníamos hace unos años. De los grandes de antes sólo queda un Márquez que todavía se está recuperando de una lesión y los Quartararo, Bagnaia, Binder o Martín no llegan a ocupar los zapatos que en su día ocuparon los Rossi, Lorenzo, Pedrosa o Stoner, pilotos que además de contar con un talento espectacular tenían personalidades muy difíciles de igualar.
Tampoco deja en muy buen lugar al nivel de la categoría que un piloto de treinta y siete años que no compite a tiempo completo consiga quedar estar entre los diez primeros durante todo el fin de semana sin demasiados problemas, cosa que es más cosa del enorme talento de Pedrosa, pero que desde luego denota la caída del nivel de los pilotos de la categoría.
La competición necesita sangre nueva que revolucione el clima que tenemos en la categoría reina de las dos ruedas. Por suerte, jóvenes como Tony Arbolino, Pedro Acosta o Alonso López en Moto2 y los nuevos talentos de la categoría Moto3 prometen dar un giro necesario a la situación que tenemos hoy en día en el campeonato más importante de motociclismo. La paciencia será clave para los fanáticos que quieren volver a tener otra era dorada en este deporte.