El año que Jordan cambió el balón por el bate y la pelota

Por Leopoldo Carrasquero

 ¿Qué no se sabe de Michael Jordan?, la verdad muy poco, seis veces campeón de la NBA, doble medallista de oro en los Juegos Olímpicos, considerado por la mayoría como el mejor de todos los tiempos, no solo de baloncesto, sino del deporte en general. Además, Jordan se ha convertido en un ícono de la cultura popular gracias a su legado y su personalidad carismática.

Sin embargo, las nuevas generaciones conocen poco de su historia personal, lo que le pasó entre los años 1993 y 1994. Sumido por el éxito de los 3 campeonatos seguidos con los Bulls de Chicago y la violenta muerte de su padre, llegó a un hueco emocional que lo llevó a dejar de sentir pasión por el baloncesto. Su escape sería el beisbol. 

El 7 de febrero de 1994, Michael Jeffrey Jordan sorprendió al mundo deportivo al convertirse en jugador de béisbol, tras firmar un contrato con los White Sox de Chicago. Cuatro meses antes, el 6 de octubre de 1993, ya había anunciado su retiro de la NBA, y alegó que su interés por dedicarse al béisbol surgió a raíz del sueño de su padre, que anhelaba ver a su hijo como pelotero profesional.

Jordan no tuvo problemas para conseguir una oportunidad en las Grandes Ligas, ya que el dueño de los White Sox, Jerry Reinsdorf, también era propietario de los Chicago Bulls. En el Spring Training, Jordan no desentonó con su habilidad para jugar pelota y fue asignado al equipo AA, los Barons de Birmingham, 

Debutó bajo una gran expectativa el 8 de abril de 1994, ante más de 10.000 personas en el estadio, ovacionando a más no poder en cada estadio que pasaba. Un fenómeno que se repitió por donde su equipo saltaba al terreno. 

Con los Barons,  jugó 127 partidos, conectando 88 imparables, anotando 46 carreras, conectando 3 jonrones, impulsando 51 carreras, robando 30 bases y recibiendo 51 bases por bolas, a cambio de 114 ponches. En defensa, cometió 11 errores. Su promedio de bateo fue de .202.

Al término de la temporada, Jordan jugó en la Arizona Fall League, una liga para jugadores prospectos que se están desarrollando. Allí, jugando con los Scottsdale Scorpions, bateó para .252.

Recientemente, Terry Francona, quien su mánager y Mike Barnett coach de picheo, hablaron de las reales posibilidades que tuvo Jordan de jugar en las grandes ligas, ambos coincidieron que le faltó tiempo, pero con la poca experiencia a ese nivel, mostraba muchas condiciones para el beisbol. 

Sin embargo, su carrera en el béisbol terminó pronto. En agosto de 1994, estalló en las grandes ligas lo que sería la huelga más grande del deporte profesional. Ese año no hubo serie mundial y se desconocía cuando se iba a volver. Múltiples versiones surgieron como las de jugadores sustitutos. Con esta incertidumbre, Jordan, a principios de 1995, decidió no continuar.

Volvió al baloncesto ese mismo año con el número 45 en su camiseta, y el resto fue historia.

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