LOS MUNDIALISTAS SON ELLOS
Por Richard Méndez
Las buenas noticias en el fútbol venezolano son escasas al punto que muchas veces tratamos aquellas alegrías como hechos aislados que nos sorprenden y a la vez nos dan motivos para sentirnos orgullosos. Los chicos de la Selección Sub 17 lograron la clasificación al Mundial FIFA de la categoría con un grupo de jugadores que se había quedado sin técnico desde noviembre del año pasado y no fue hasta la segunda semana de marzo que Ricardo Valiño fue nombrado para hacerse cargo a solo quince días del debut de Venezuela.
El grupo de jugadores que estuvo ajeno a los planes mientras la estructura armada por Pékerman se derrumbaba y así se marcharon Ayude y Brizuela y mientras trabajaba la Sub 20 de Coloccini surgió un héroe anónimo y del que poco se ha hablado estos días. En el abandono de la Sub 17 siempre estuvo Cristian Palandella, el preparador físico que no se apartó del grupo e hizo el trabajo pese a la incertidumbre. Palandella mantuvo al grupo unido y trabajando sin distracción. Al momento de la llegada de Valiño todo era más fácil y se encontró con un grupo trabajado físicamente y con conceptos tácticos que permitirían una rápida comprensión de las instrucciones del nuevo director técnico.
El resultado basado en el coraje y la garra pero con el criterio y la docilidad para asumir los roles y conceptos tácticos que le dieron a este grupo una identidad de juego reconocible a lo largo del torneo. Valiño identificó de inmediato los jugadores en los que debía apoyarse y ahí estuvo "la joya" David Martínez, ese chico delgado con una sonrisa permanente y su singular cabello afro al estilo de los setenta que asumió un liderazgo al ser el alumno aventajado del plantel. El nivel de Martínez ya venía pulido hasta el brillo por su roce en la Primera División del FutVe. También estuvo Arango, hijo del mejor futbolista de la historia Vinotinto, sobrino de Edson Tortolero y nieto de Argenis para completar una colección del álbum vinotinto familiar. No podemos dejar atrás a los Reynoso, Melendez y a cada uno de los que formó parte de esta gesta que nos lleva de regreso al Mundial Sub 17.
Un proceso que entre los desaciertos y el desmoronamiento de la estructura del cuerpo técnico que comandaba Pékerman sin embargo, la Federación Venezolana de Fútbol se encontró con la respuesta en Valiño y el trabajado grupo que mantuvo siempre Palandella. Este es un mérito que le pertenece a ellos, a los chicos, a Palandella, Valiño y no debe ser usado como bandera de un éxito de planificación porque nunca la hubo con ellos. Además, sería notablemente injusto tratar de apropiarse o recostarse en una clasificación que le pertenece solo a ellos. Los mundialistas son ellos.