Así no, Marc

Por Mauro García Forti

A pesar de todas las mejoras de seguridad que se han instalado en los circuitos, el motociclismo sigue siendo uno de los deportes más arriesgados que existen. Si vemos la cantidad de pilotos lesionados luego de la primera carrera, nos damos cuenta de lo mucho que se juegan la salud los corredores cada vez que se suben a la moto. 

Pol Espargaró tuvo un fuerte accidente en los entrenamientos en el que se llegó a temer por su vida, por suerte todo quedó en un susto a pesar de que el piloto de GAS GAS sufrió múltiples heridas y hasta una fractura de mandíbula. 

La señal de peligro sigue activada al pasar Bastianini también por la enfermería con una escápula rota, quedándose Ducati sin una de sus estrellas para la próxima carrera en Argentina. 

Tampoco estarán en las Termas de Río Hondo los protagonistas de la acción más polémica de este pasado fin de semana, Marc Márquez y Miguel Oliveira. 

El estilo agresivo de Márquez lo ha llevado a la gloria, pero siempre contó con una Honda que podía competir por todo. Ahora que su moto no es competitiva, a Marc sólo le queda confiar en su explosivo pilotaje para estar en las primeras posiciones, cosa que, si con una moto veloz ya era arriesgado para sus rivales, con una moto lenta todavía lo es más, porque el español tiene que arriesgar más. 

Y a cuanto mayor riesgo, mayor margen de error existe, ya lo hemos visto en los últimos años, donde Marc ha tenido más incidentes que antes de que tuviese su larga lesión, pues la Honda a la vez que el de Cervera pasaba por un calvario de lesiones y cirugías fue perdiendo rendimiento. 

Sin embargo, el último suceso es en el que todo el mundo ha dicho basta.  

Faltaban 23 vueltas para el final de la carrera y Márquez, que rodaba cuarto y en la recta anterior había perdido distancia con los tres de delante, apuró la frenada y se lanzó sin ninguna posibilidad a la curva desde muy lejos, echando fuera de la pista a Jorge Martín y tirando a Miguel Oliveira mientras él mismo se iba al suelo también. 

La imagen del ídolo local en el suelo adolorido sin poder levantarse trajo la ira de las tribunas hacia el ocho veces campeón del mundo, que no paraba de disculparse, pero que esta vez no servirían de nada. 

A pesar de las protestas de Honda, que argumentaban que se le bloqueó la rueda delantera, los comisarios le asignaron una doble penalización al español para la siguiente carrera. 

Como resultado de la acción, Marc se rompió el primer metacarpiano, por lo que la sanción deberá cumplirla en Austin, un circuito que se le da muy bien. 

Y luego está el caso de Oliveira, quien tuvo mucha suerte puesto que el impacto de la moto lo sufrió en su espalda y en sus piernas, por lo que podría haber tenido un final mucho más trágico. 

Márquez ha desperdiciado la oportunidad de conseguir un buen resultado en Estados Unidos por haber arriesgado sin ningún sentido buscando ganar posiciones y ha sumado una lesión más a la larga lista de huesos rotos que ya acumula en su larga carrera en la competición. 

Todo esto nos lleva a la misma pregunta ¿Vale la pena poner en peligro tu seguridad y la de los demás pilotos para volver a ganar? 

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