¿Comienza a agrietarse el Imperio Mercedes?
Por Mauro García Forti
No ha sido un inicio de temporada feliz para Mercedes. Los alemanes acabaron la primera carrera con Hamilton quinto, Russell séptimo y a un mundo por detrás de Red Bull.
Por si no fuera poco, Aston Martin, que es un equipo cliente de la casa de la estrella al competir con los motores germanos los superó en el desierto bareiní acabando la carrera como el segundo equipo y con podio incluido luego de que Alonso derrotase a los hombres de Toto Wolff en la pista y terminara tercero.
Para una escudería que ha ganado tanto, este arranque ha disparado las alarmas. El W14 no ha rendido como se esperaba en la primera carrera al mostrar una degradación de neumáticos muy grande y una falta de ritmo considerable comparado con los datos obtenidos por los ingenieros en el túnel de viento.
La frustración se palpa cuando Wolff, Hamilton y Russell hablaron ante los medios y precisamente no fueron buenas palabras sobre la máquina. El Jefe de Equipo de manera muy pesimista dijo que podían tirar el coche a la basura ya que Red Bull ganará todas las carreras, Hamilton criticó al equipo al decir que no habían escuchado sus comentarios e hizo alusión a una grieta en el equipo que Toto no tardó en aclarar que no existía. Por su parte Russell dijo que tenían un chasis con un diseño de pontones más convencional instalado en el túnel de viento en Brackley.
Sin embargo, estos avances no significan una solución real para los problemas, poner pontones no hará que vayan más rápido en la próxima carrera y tampoco estaría listo para las siguientes fechas. Esto es un problema de nacimiento del monoplaza y ya todas las miradas acusadoras están dirigidas al Departamento Técnico y en especial a su jefe, Mike Elliot, que tendrá toda la presión de lograr salvar la caída libre que está sufriendo la escudería.
Los reportes comentan que luego de la carrera hubo una reunión hasta altas horas de la noche en la cual hubo un ultimátum, o se solucionan los problemas en las dos próximas carreras o habrá cambios en el liderazgo de la sección técnica.
Por si esto no fuera poco, información desvelada por el periódico The Objective desveló que desde la sede de Mercedes llegó otro aviso que sonaría imposible en otra época y que mucha gente todavía no lo cree. Esto sería que en caso de que Mercedes siga sin ser competitiva, a partir de la cuarta carrera la firma alemana proveería de los mejores motores al equipo mejor posicionado en la clasificación que lleve sus propulsores para apoyarlos en la lucha por el campeonato, es decir, a Aston Martin.
A priori, esto parece imposible ¿Cómo Mercedes va a favorecer a un rival directo? Pero unas declaraciones en Baréin de Alonso dan mucho que pensar. El español, que sería el primer beneficiado al ser indiscutidamente el líder de Aston Martin, dijo que si el equipo tenía buenos resultados en las dos próximas carreras podría ser un gran año para ellos. Por si esto no fuese suficiente, hay que pensar otra realidad, la Fórmula 1 aparte de ser un deporte es un negocio y lo que quieren las marcas es estar lo más alto posible. Esto ya lo vimos con Renault y Red Bull en el primer dominio de los austriacos a principios de la década pasada, cuando los mejores motores iban para los energéticos en vez de para el propio equipo francés.
La escudería está sufriendo su primera crisis real desde su regreso a la categoría en 2010, la desesperación se está apoderando de la estructura que hace menos de tres años dominaba la Fórmula 1 con puño de hierro y hasta han tenido que llamar a la caballería, porque James Allison, uno de los grandes artífices de la hegemonía de las flechas de plata durante ocho años seguidos está de vuelta tras su retiro espiritual trabajando para INEOS para sacarle los pies del barrio a este equipo que se ha convertido casi en una institución.
Ya no hay lugar para más errores, el tiempo corre en su contra y hay mucho por hacer ¿Podrá el imperio de Toto Wolff cerrar las grietas y evitar el hundimiento?