La Magia vuelve al podio en un paseo triunfal de Verstappen
Por Mauro García Forti
Luego de 105 días de vacaciones y una corta pretemporada, los motores volvieron a rugir y las virutas de goma de los neumáticos llenaron la pista, significando que por fin la Fórmula 1 estaba de vuelta.
Desde los entrenamientos libres, el guion de los test de pretemporada se estaba cumpliendo, los dos Red Bull ocupaban los puestos más altos de la tabla. Mercedes y Ferrari parecía que tenían problemas, por lo que la ilusión de los fanáticos se centraba en Alonso y en su Aston Martin, las grandes sorpresas, que parecían que obraban el milagro de tener un nuevo equipo entre los grandes al estar constantemente entre los primeros.
En clasificación vimos lo que nos espera para las siguientes carreras, una lucha entre cuatro escuderías para lograr la pole position. Al final, aunque Ferrari parecía estar a la altura de Red Bull, Verstappen y Pérez se encargaron de dar otro golpe de realidad a los tifosi ocupando la primera fila con el holandés en la pole. Los italianos tuvieron que conformarse con ocupar el tercer y cuarto puesto. Por último, Alonso clasificó quinto, estando delante de los Mercedes de Russell y Hamilton, que saldrían con Stroll justo detrás de ellos, un gran resultado teniendo en cuenta sus lesiones en las muñecas y en uno de sus tobillos.
El domingo llegó el momento que tanto esperábamos, los cinco semáforos se apagaron y Max Verstappen arrancó su cohete con destino a una nueva victoria, el neerlandés no tuvo resistencia en la salida y se marchó en solitario, convirtiendo su carrera en un paseo por el circuito de Sakhir. Leclerc pasó a Pérez en la salida aprovechando sus neumáticos nuevos e intentó mantener al mexicano detrás.
No obstante, el Ferrari tiene mayor degradación de neumáticos y, después de la primera parada Checo adelantó al monegasco para recuperar su posición original para deleite del box del equipo de la bebida energética.
Red Bull iba tan sobrado que hasta les pidieron a sus pilotos que fuesen más despacio para salvar la maquinaria. No cabe duda de que la escudería de Milton Keynes está en otra dimensón comparado con sus rivales.
Cuando parecía que tendríamos un arranque aburrido de temporada, Fernando Alonso comenzó a dar espectáculo.
El español perdió la quinta posición con Hamilton en la salida, Alonso intentó hacer un contrataque sobre el inglés en la curva 4 pero Stroll se pasó de frenada y lo tocó, desestabilizandolo y permitiendo a Russell ganar una nueva posición.
Pasado este incidente sin problemas, todo se calmó, Russell comenzó a acercarse a Hamilton y el asturiano se mantuvo cerca esperando la oportunidad. El joven británico comenzó a pedir disimuladamente por la radio que le dejaran pasar, el desgaste de los neumáticos apareció, Alonso vio la sangre y adelantó a George luego de una lucha muy igualada.
Luego de volar con los neumáticos duros después de la primera parada, el de Oviedo comenzaba a acortar distancias con los pilotos de delante. Llegó el momento del último pit-stop de la carrera, Aston Martin volvió a apostar por el neumático duro y cuando mandaron de nuevo a su piloto a la pista, Lewis Hamilton estaba justo delante de él.
Alonso contra Hamilton en maquinarias similares, una cosa que no veíamos desde hacía diez años y que en Baréin por fin pudimos disfrutar. El bicampeón atacó al heptacampeón en la curva 4, pero perdió tracción y Lewis recuperó la posición, el británico salvó el primer ataque pero no sería el último.
En la vuelta siguiente, Fernando se pegó al Mercedes y en la subida a las curvas 9 y 10 se puso en paralelo con su viejo rival, amagando atacar por el exterior para en el último segundo tirarse por el interior de la curva más difícil del circuito y dejando así otra obra de arte por el camino en su marcha hacia su siguiente víctima, un Carlos Sainz que sufría la alta degradación de su monoplaza.
El duelo entre españoles se acercaba al verse en los mapas del circuito cómo el punto verde que representaba al Aston Martin se acercaba a la mancha de color rojo del Ferrari. Para hacer más interesante la lucha, el monoplaza de Leclerc se detenía por un fallo de la batería y ahora el combate que se avecinaba era por el podio.
A Sainz le avisaban por radio la estrategia que usó su compatriota con Hamilton y, con ruedas en el límite, se preparó para defender la posición ante el ídolo de su infancia que llegaba con el cuchillo entre los dientes.
Aguantó el ataque en la curva 4, donde se llegaron a tocar, siguieron hacia la subida de la 9 y la 10, donde Carlos tapó el interior al acordarse de lo que le previnieron desde el muro de ingenieros pero se pasó de frenada, dejando en bandeja el adelantamiento a Fernando, que en la recta lo pasó y se alejó para vivir unas últimas vueltas tranquilas.
Llegó la vuelta 57 y Verstappen, que casi no había salido en pantalla, cruzó la línea de meta llevándose la primera victoria del año. Pérez sellaría el doblete de Red Bull para dar el carpetazo a un fin de semana perfecto para los campeones del mundo. Varios segundos después, “el que debía jubilarse porque ocupaba el puesto del talento joven” entraba a la línea de meta en tercera posición haciendo sus tradicionales eses y celebrando su podio número 99 en la Fórmula 1 en su debut con Aston Martin.
Una lección de pilotaje de Alonso, que a sus cuarenta y un años ha demostrado una vez más que su talento sigue intacto y que con un coche competitivo es capaz de pelear con cualquiera. Ahora, diez años después, el samurai por fin tiene una espada y si Aston Martin consigue hacer otro milagro y logra dar más pasos hacia delante durante la temporada, podría ser una temporada muy interesante de ver con cuatro equipos candidatos a luchar por podios regularmente.
Por supuesto, no podemos olvidarnos de Stroll, que con todas sus lesiones después de fracturarse las dos muñecas y un tobillo hace dos semanas consiguió llegar en sexta posición, un trabajo titánico.
La temporada por fin ha dado el pistoletazo de salida y ya tenemos a nuestro primer ganador, veintidós carreras nos esperan y todo está por decidir todavía, próxima parada, el Gran Premio de Arabia Saudí en dos semanas.
Fotos: Formula 1