PONGAN ORDEN O BAJEN LA SANTAMARÍA
Por Richard Méndez
Esta misma semana hemos sido testigos de la deserción por motivos económicos de clubes que dejaron a todos "colgando" y no participarán en los torneos profesionales del FutVe. Solo pasaron unos días y se conoció sin mayor explicación en un tuit que anunciaba el torneo de ascenso de la Liga FutVe 2 con dieciséis equipos entre los que no se encontraban Aragua FC, Deportivo Lara, Llaneros y Libertador. Lo que llevaba siendo anunciado por el día a día de cada institución hacía suponer que terminaría mal.
Los equipos fueron dando claras e inequívocas muestras que no estaban en condiciones ideales para ser clubes con licencia y el final de esta película se veía venir. Recuerdo un lamentable caso sufrido por el arquero de Libertador FC, Luis Rojas que se presentó a cobrar el salario que le debían de tiempo, una vez recibió su dinero fue detenido por la policía porque había sido denunciado por extorsión por su empleador. Un club que tenga dirigentes capaces de hacer algo tan grotesco contra uno de sus jugadores no puede tener otro destino que no sea la desaparición.
Aragua FC tiene probablemente la mayor colección de momentos penosos en menos tiempo, dejando de lado que pasó de ser representante en la Copa Sudamericana a mostrar el desastre dirigencial cuando se fichó al arquero colombiano Santiago Rodas a préstamo desde Alianza Petrolero con una absurda cláusula que obligaba al equipo venezolano a indemnizar con 500 mil dólares al equipo colombiano en caso que el jugador no permaneciera los seis meses en el club de Maracay. Lo regresaron antes del plazo y la denuncia llevó al fallo de FIFA imponiendo a Aragua FC pagar una suma cercana a 300 mil dólares. También hubo protestas ignoradas por la televisión y denuncias de meses de deudas con la plantilla.
Llaneros llevaba rato dando señales que no podía sostenerse mucho tiempo y vimos a sus jugadores salir a la cancha con una pancarta en la que denunciaban la terrible deuda que el club tenía con la plantilla. Sin embargo, siempre salieron a jugar y a defender la camiseta aún cuando la plata no llegaba. Si de algo puede estar seguro cualquier aficionado es que sus jugadores nunca dejaron de ser profesionales.
Clubes que dejan de competir y jugadores, entrenadores y empleados que probablemente no recuperarán nada por lo que estuvieron trabajando por muchos meses. Lo más triste de la historia es que no existe nadie que ponga en su lugar a los morosos que siguen destrozando el fútbol de un país que sigue soñando con su primer mundial. El FutVe no necesita licencias de clubes y tampoco solvencias firmadas por jugadores. El Fútbol Venezolano necesita que alguien le ponga orden porque de lo contrario será mejor que bajen la santamaría.