¿Cómo llegar a ser piloto de Fórmula 1?
Por Mauro García Forti
Seguramente mucha gente a la que le gusten los automóviles o las carreras soñaba de niño con ser uno de aquellos pilotos que viajaban por todo el mundo para competir con el objetivo de ser campeón del mundo, pero la verdadera pregunta es ¿Qué hace falta para llegar a la Fórmula 1?
Para empezar, el elemento más importante para iniciar una carrera deportiva en el automovilismo será el dinero. Siendo realistas, el deporte del motor es un mundo muy exclusivo, son pocos los que pueden costearse todo lo necesario para competir, entre lo que deberemos incluir el equipamiento, los viajes para llegar hasta los circuitos y el alojamiento y por supuesto en los inicios hasta el propio kart.
Por este motivo, la mayoría de los pilotos que compiten hoy en día en la Fórmula 1 provienen de familias multimillonarias como Stroll, Norris y Zhou o directamente son hijos de pilotos como Verstappen, Sainz, Schumacher o Magnussen.
Por supuesto, hay excepciones de pilotos con orígenes más humildes que por su talento y el sacrificio de sus familias acabaron superando todas las barreras para llegar como fueron Hamilton, Alonso o Michael Schumacher.
Una vez tengamos el dinero asegurado deberemos empezar por el karting, donde los jóvenes adquirirán las bases para seguir progresando en su camino hacia la categoría reina del “motorsport” y donde los ya profesionales siguen entrenando para perfeccionar sus habilidades.
En el karting lo más aconsejable es empezar pronto, ya empezar con once años se considera un inicio tardío, por lo que lo mejor es comenzar en la primera década de vida, aproximadamente a los ocho años.
Si se quiere entrar en la F1, hay que tener en cuenta que las principales carreras de karting se celebran en Europa, por lo que no es nada extraño que aspirantes de todo el mundo se muden a este continente como ocurrió en el caso de Sergio Pérez.
En esta categoría se pasarán una media de cuatro años, en los que dos primeros se competirán en un plano nacional y los siguientes en la categoría internacional.
Si se destaca en el karting y se consiguen patrocinadores o si se tiene el dinero suficiente para continuar, los jóvenes pilotos darán el salto a los monoplazas.
Normalmente se inicia en la Fórmula 4, donde se toma la primera toma de contacto con este tipo de vehículos. A partir de ahí el camino se vuelve muchísimo más complicado, porque si se llega a este punto ya no hay lugar para las dudas o para pilotar para pasar el rato, aquí se pilota para ganar.
Luego de la Fórmula 4 vendrán las categorías internacionales como la Fórmula Regional Europea, donde habrá que competir contra más de treinta pilotos con el mismo sueño para lograr un puesto en el siguiente nivel y conseguir llamar la atención de equipos especializados en las categorías inferiores o directamente de equipos de Fórmula 1 para pasar a ser parte de sus academias de pilotos, una de las mejores opciones para llegar a cumplir el objetivo final, ya que los equipos financian la progresión de los pilotos de su academia.
Después de pasar por estas categorías de iniciación en los monoplazas, comienza el fuego real.
Con la llegada a la Fórmula 3, los jóvenes se someten a las miradas de todo el mundo. Esto se debe a que se viaja con la categoría reina, por lo tanto, mucha más gente los verá en la televisión debido a que se retransmite antes de la Fórmula 1 y por supuesto los jefes de las escuderías estarán pendientes de buscar talento joven, por lo que todo el mundo, tanto en el circuito como fuera de él verán si eres muy bueno o si no vales para llegar al final del viaje.
Si se consigue ser de los mejores de los treinta pilotos que participan en la Fórmula 3 se llegará al paso final, la Fórmula 2.
Aquí se llega al mayor desafío de todos, se conducen unos bólidos muy potentes, muy difíciles de manejar y, por supuesto, en la categoría existe una fecha de caducidad no escrita, hay que ganar el campeonato o destacar mucho en los dos primeros años que se participe en la categoría si se quiere llegar a la F1. Muy rara vez un piloto que destaca en su tercera temporada en F2 acaba siendo fichado por un equipo de Fórmula 1 y si ocurre, normalmente es por la enorme cantidad de dinero que tiene por ofrecer a la escudería.
En ocasiones hay corredores que por su enorme talento se saltan varios escalones y acaban llegando a la meta mucho antes de tiempo, debutando a edades muy tempranas en la Fórmula 1 y con muy poca experiencia en monoplazas. Claro ejemplo es el de Max Verstappen que con solamente un año disputado en la F3 Europea, en 2015 dio el salto a la F1 de la mano de Toro Rosso al ofrecerle Red Bull un contrato inigualable para que Mercedes no se quedase con el joven talento del astro neerlandés que en aquella época tenía solamente 17 años.
Luego de una década de esfuerzos y sacrificios en competiciones por todo el mundo, cerca de seis millones de euros gastados y un poco de suerte, el sueño se habrá cumplido y la Fórmula 1 habrá abierto sus puertas para una nueva estrella.
Muchos felicitarán al nuevo piloto de la categoría, y con mucha razón, es la competición más exclusiva de todas. Empiezan miles y solamente acaban siendo veinte personas en el mundo las privilegiadas de ser reconocidas como pilotos de Fórmula 1.
Todo esto tiene muchísimo mérito, pero a los recién llegados nunca se les puede olvidar una cosa.
Es difícil llegar a la Fórmula 1, pero todavía es más difícil mantenerse en ella.