RS Torque Splitter: la tecnología de Audi, al descubierto

Por Rodrigo Pareja

Se llama RS Torque Splitter, una tecnología que, por un lado, aumenta la estabilidad -por ejemplo, en condiciones de asfalto húmedo- y, por otro, incrementa la agilidad y reduce el subviraje durante una conducción deportiva.

Esto se consigue gracias a dos embragues multidisco controlados de forma electrónica que distribuyen el par motor entre las ruedas traseras de forma totalmente variable. Un máximo del 50% del par motor se dirige al eje trasero y en el modo RS Torque Rear, todo el par que llega a este eje se transmite de forma intermitente a la rueda situada en el exterior de la curva, lo que permite realizar derrapes en tramos cerrados y controlados.

Tecnología útil para la conducción

En el modo RS Performance el sistema distribuye el par entre las ruedas traseras de tal manera que se consigue un comportamiento dinámico más neutro, con poco subviraje y sobreviraje, circunstancias muy valoradas en conducción en circuito dado que permite acelerar antes a la salida de las curvas para conseguir tiempos por vuelta más rápidos.

La última evolución de este sistema la equipa el Audi RS 3 performance edition, el modelo compacto más deportivo desarrollado por Audi Sport gracias a un motor turbo de cinco cilindros que aporta una potencia de 407 CV y permite al coche alcanzar una velocidad máxima de 300 km/h.

El RS Torque Splitter se combina con unos frenos cerámicos que cuentan con discos de 380 x 38 mm en el eje delantero, con pinzas de seis pistones. Es 10 kilos más ligero y más resistente a las altas temperaturas que los frenos con discos de acero. Otra ventaja es una reducción de las masas no suspendidas. Para el eje trasero se recurre a discos de acero de 310 x 22 mm con pinzas flotantes pintadas en color azul.

A esto se añade una caída negativa de las ruedas, trapecios más rígidos, barras estabilizadoras específicas con un coeficiente de torsión más elevado y un tren de rodaje deportivo RS con control adaptativo de la amortiguación, que ajusta de forma continua e individual el tarado de cada amortiguador a las condiciones de la carretera, a la situación de conducción y al modo seleccionado en el Audi drive select.

Asimismo, las válvulas que regulan el flujo hidráulico en el interior de los amortiguadores, accionadas electromagnéticamente, ajustan el tarado de la amortiguación en diez milisegundos justo en el momento preciso en que la situación de conducción lo requiere: más suave en superficies onduladas, mayor firmeza cuando son irregulares. Para ello, los sensores miden la aceleración vertical de la carrocería y el movimiento de cada una de las ruedas respecto a ella.

Toda esta tecnología permite que cada rueda se adapte de forma óptima a las necesidades de la carretera, incluyendo el apoyo de la carrocería durante las curvas rápidas, así como el frenado y la aceleración.

Foto: Audi

Fuente: www.caranddriver.es

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