El Regreso de Mercedes

Por Mauro García Forti

En uno de sus lugares más icónicos, la Fórmula 1 nos daría uno de los mejores fines de semana de este año. 

El Circuito de Interlagos es sin ninguna duda un lugar único, donde solemos ver grandes carreras y donde el clima siempre puede darnos alguna sorpresa. 

Y vaya una sorpresa nos dio el viernes en la sesión de clasificación Kevin Magnussen lograba el tiempo más rápido bajo la lluvia y le daba al modesto equipo Haas la primera pole position de su historia, recordándonos lo bonito que es este deporte cuando no siempre triunfan los grandes. 

Llegó el Sprint del sábado y la lluvia se fue para no volver más en todo el fin de semana. Magnussen resistió todo lo que pudo con su Haas, pero comenzó a perder posiciones a medida que los más rápidos volvían a sus lugares habituales. 

Verstappen con neumáticos medios lideraba, pero la degradación de las gomas fue en su contra cuando Russell, Sainz y Hamilton, que montaban gomas blandas, lo acabaron pasando. 

Las maniobras agresivas entre compañeros de equipo fueron protagonistas cuando vimos a Esteban Ocon echar fuera de la pista a Fernando Alonso o Lance Stroll hacer lo mismo con Sebastian Vettel, haciendo que el alemán pusiese dos ruedas en la hierba. 

Para echar más leña al fuego, Alonso acabaría chocando con Ocon, destruyendo su ala delantera. Estos conflictos en la pista obligaron al equipo Alpine a salir desde el decimoséptimo y decimoctavo lugar. 

Al final del Sprint, Mercedes había metido miedo, Russell saldría desde el primer lugar en la carrera luego de haber sido rapidísimo y haber vencido el duelo contra Verstappen. Por otra parte, Lewis Hamilton saldría segundo luego de la sanción de cinco puestos a Sainz. 

El público brasileño se volvió loco cuando los veinte monoplazas arrancaron el domingo en lo que pareció una salida sin incidentes. Sin embargo, al llegar a la zona de curvas, Ricciardo tocó a Magnussen y ambos acabaron fuera de carrera, provocando la salida del safety car. 

Una vez despejada la pista, sacaron la bandera verde y Russell muy inteligentemente dio la relanzada en el momento justo para no ser atacado. Justo por detrás Hamilton y Verstappen se encontrarían en la S de Senna y no se dieron ni un milímetro, dando lugar al enésimo contacto entre ellos que recordó a los encontronazos que tuvieron el año pasado. 

Verstappen salió peor parado del choque, teniendo que pasar a reparar el monoplaza en boxes y con una sanción de cinco segundos. Por el contrario, Hamilton volvió a velocidad de carrera normal y empezó a remontar posiciones de nuevo. 

Por delante, Leclerc intentaba pasar a Norris, pero no se dieron el espacio suficiente para entrar en paralelo en la curva y acabarían tocándose, acabando el Ferrari del monegasco contra las barreras. Fue un buen golpe, pero la máquina italiana demostró ser resistente y Charles volvió de nuevo a la carrera, teniendo que remar a contracorriente para volver a los primeros puestos. 

La carrera parecía tranquilizarse, Russell lideraba cómodamente con Pérez segundo y Sainz tercero relativamente cerca, pero todo se revolvería con las paradas en boxes. 

Hamilton volaba y se quedaba en pista para ganar tiempo a sus rivales, de esta forma, pasaría a Sainz al tener el español que hacer la parada y luego de hacer el británico su propio pit stop, alcanzó a Pérez y lo pasó, quedando las “Flechas Plateadas” en las dos primeras posiciones. 

Nuevamente el baile en los “pits” volvería, entrando a los garajes los líderes, quedando Russell en primera posición, con Sainz segundo después de una buena estrategia y Hamilton y Pérez detrás. 

Lewis estaba cazando al Ferrari, que resistía con ruedas más viejas, pero en el momento menos esperado, el McLaren de Norris dijo basta y el safety car volvió a salir. Algunos pilotos aprovecharon esto para poner gomas frescas y atacar en el final. Luego de otro ridículo de la FIA con los doblados al olvidarse de dar permiso a Tsunoda para desdoblarse de los líderes y de que las radios de Alpine echasen humo al pedirle a Ocon que no pelease con Alonso, la carrera se reanudó. 

Russell nuevamente no tuvo problemas en la resalida, marcando un gran ritmo que evitó que Hamilton se acercara a una distancia peligrosa. Justo detrás, Checo se defendía de los Ferrari encabezados por Sainz con neumáticos nuevos. 

El mexicano lucharía con uñas y dientes, pero el español acabaría imponiéndose con un bonito adelantamiento. Leclerc, que había hecho una remontada espectacular, también pasaría al mexicano al final de la recta de meta.

Sin embargo, este sólo sería el principio del sufrimiento del mexicano, ya que Alonso, que había cambiado neumáticos en el Safety Car y que acababa de quitarse a Bottas con una pasada espectacular, llegaba volando desde el noveno puesto a luchar contra los líderes en un Alpine que en manos del asturiano rodaba en los mismos tiempos que la cabeza de carrera. 

Alonso pasaría a Pérez como un avión y se marcharía a por los Ferrari, Verstappen llegaba desde atrás y desde el equipo le dieron instrucción a Pérez de dejar pasar a Max para que intentase pasar a los de delante. 

Leclerc y Pérez se juegan el subcampeonato, por lo que cada punto era crucial. De esta forma, ambos por la radio pedían que sus compañeros les cambiasen la posición para ganar ventaja, en el caso de Ferrari, la situación era de riesgo, ya que, si Sainz frenaba tanto para dejar pasar a Leclerc, Alonso y Verstappen, que estaban muy cerca del piloto de Mónaco podrían aprovechar y pasarlos a los dos. En el caso de Red Bull todo era más fácil, por lo que aseguraron a Checo que, si Max no podía con Alonso, el neerlandés le devolvería la posición. 

Llegó la última vuelta y Ferrari le dijo a Leclerc que no habría cambio de posiciones ya que ni siquiera le comunicaron a Sainz la situación por la radio. En el caso de Red Bull, Verstappen no pudo con Alonso, por lo que le pidieron que devolviese la posición a Pérez. Sin embargo, el holandés hizo oídos sordos a la orden y entró detrás del español, dando lugar a una de las situaciones más incómodas de lo que llevamos de año para el equipo austriaco.

 

No obstante, el verdadero protagonista fue George Russell, quien aguantando cómodamente a Hamilton vio la bandera a cuadros, logrando la primera victoria de su carrera deportiva en la Fórmula 1 y dándole entre lágrimas a Mercedes la primera victoria de la temporada, completando el doblete Hamilton llegando en segunda posición con Sainz cerrando el podio en tercer lugar. 

El fin de semana perfecto de los dos pilotos británicos de la escudería alemana demuestra el enorme progreso de los ocho veces campeones del mundo de constructores a lo largo de toda la temporada. Empezaron sufriendo con un diseño que sólo ellos trajeron, intentando resolver sus problemas de velocidad y de “porpoising” a marchas forzadas, mostraron velocidad en algunas carreras, pero nunca se acercaron a la victoria. Finalmente, luego de nueve meses, aterrorizaron a los rivales en México y ya en Brasil están de nuevo en lo alto del podio dejando un mensaje muy claro.  

Que Red Bull y Ferrari se preparen para 2023, porque Mercedes ha vuelto.