Una avanzada tecnología del nuevo Ford Mustang bloquea el acceso al tuning

Por Fran Romero

Que a los fabricantes no les gusta en absoluto las preparaciones externas es una realidad, aunque lleguen desde especialistas en tuning de renombre. Es uno de los motivos, junto con la clave del prestigio, lo que mueve a las grandes marcas a ofrecer versiones de elevadas prestaciones, y ediciones especiales con enfoques más radicales para los clientes más exquisitos y atrevidos.

La séptima generación del Ford Mustang es un buen ejemplo. El deportivo americano llegará al mercado europeo y norteamericano a partir de finales de la segunda mitad del próximo año, como modelo 2024, preparado para impedir que terceros puedan modificar algunas características. El modelo se ofrecerá, inicialmente, con el potente motor de gasolina bautizado como «Coyote», el imponente bloque V8 de 5.0 litros con una potencia máxima cercana a los 500 CV, y el más básico cuatro cilindros de 2.3 litros EcoBoost.

Ford V8 Coyote
El brutal motor V8 de 5.0 litros Coyote que se alojará en el vano delantero del Ford Mustang 2024tros

El Ford Mustang S650 impide retoques en el motor

La marca del óvalo azul no impedirá que se modifiquen ciertos componentes mecánicos, pero tendrá una importante consecuencia para los clientes, según ha explicado Ed Krenz, ingeniero jefe del Mustang, en unas declaraciones al medio especializado de «Ford Authority». La clave reside en la nueva tecnología «FNV» estrenada a bordo del nuevo Mustang S650 que cuenta con un avanzado sistema de encriptación de datos que bloquean el acceso al software de control.

Además, el sistema cuenta con una función de detección de manipulaciones del código, por lo que puede apagar el motor automáticamente e impedir el acceso. Una piedra en el camino para los especialistas en retocar las unidades de control y así obtener más prestaciones al incluir un nuevo mapa de inyección. Una tecnología con la que también cuenta el nuevo Chevrolet Corvette C8. Krenz ha apuntado que, a pesar de los problemas que pueden surgir con esta actualización externa, de conseguir acceso, la consecuencia será peor para los clientes, pues no podrán beneficiarse de actualizaciones del sistema.

En esta situación, quedan tres posibilidades: que el preparador solo sustituya determinados componentes técnicos sin ir más allá, que el fabricante se mantenga inflexible en su estrategia e impida el acceso al software de control del motor o que lo permita siempre y cuando el preparador externo pase por caja, lo cual no sería extraño. Pero la realidad, y la lógica, invitan a pensar que a los especialistas en tuning se les van cerrando puertas.

Foto: Ford Europe

Fuente: www.motor.es

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