La competición de saltos más bestia de la historia: impensable hoy en día

Por As Acción

Hoy en día existe un circuito mundial llamado Red Bull Cliff Diving en el que los atletas llegan a saltar desde plataformas que están a 27 metros de altura. Impresiona. Pero es que en 1983, en la que sería la precursora de esta modalidad -entonces llamada High Dive– se realizó una competición tan extrema que no se ha vuelto a ver nada igual.

El escenario es la piscina salada de SeaWorld San Diego, a 11ºC. Acaban de reubicar a las orcas, han instalado una torre altísima y han puesto una mini plataforma en los 52,4 metros de altura (172 pies). Varios atletas se disponen a saltar desde allí para lograr un Récord Guinness y ABC lo está retransmitiendo en directo para millones de personas. Para ponerlo en contexto: el año anterior, 5 personas intentaron lo mismo desde 170 pies (51,8 metros) y ninguno consiguió salir ileso del salto. Si no queréis spoilers, podéis ver el show completo aquí (30 minutos):

Como habréis visto, Rick Winters es el primero en lograr el récord certificado por la gente de Guinness World Records y del International Swimming Hall of Fame. Luego hace lo propio Rick Charls, Bruce Boccia, Mike Foley y finalmente, Dana Kunze -de tan solo 22 años y vigente campeón del mundo- riza un poco más el rizo con más movimientos que sus predecesores. Consiguió una puntuación casi perfecta.

Por desgracia, luego vino Pat Picard, que no quiso perder la oportunidad de poseer el récord, porque ganar parecía imposible vista la puntuación de Danze. No salió bien. Sobrevivió, pero desde luego no salió ileso. Se puede ver a partir del minuto 24.

¿Récord imbatible?

Lo cierto es que después de 1983 ha habido varios intentos de superar este récord, pero en ningún caso se ha conseguido salir de la piscina sin lesiones evidentes o cumpliendo con la normativa para que sea considerado un salto de esta disciplina. En 1985, por ejemplo, Randy Dickison lo intentó desde 53,3 metros y no salió bien. O en 2015, Laso Schaller saltó desde 58,8 metros con un casco pero fue un simple salto vertical sin ni si tan siquiera un giro de 180 grados. Y además, salió del agua con los ligamentos de la rodilla rotos. Finalmente, en Death Diving, otra modalidad extrema, el salto más alto es de “tan solo” 31,3 metros.

Fuente: www.as.com

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