SON INCOMPARABLES

Por Richard Méndez

Es un error pretender poner una selección de distinta categoría por delante de otra, simplemente son distintas en contexto y situaciones. Los logros de la Vinotinto Femenina que ha llegado a ganarse un lugar en el tope de los juegos Odesur no puede colocarse en el mismo escenario que la versión masculina que ha cosechado resultados diferentes. Nuestra Vinotinto de mujeres viene demostrando hace tiempo que es una de las de mayor crecimiento en el continente y muestra de ello es lo que se ha logrado en los juegos que se realizan en Asunción, Paraguay.

Las chicas lograron para Venezuela el único título en competiciones Conmebol que ha alcanzado Vinotinto alguna a lo largo de su historia cuando ganaron el Sudamericano Sub-20 de 2015 y eso es un motivo de inmenso orgullo para un país que sueña verse codeado con los grandes de este deporte. Ellas han alcanzado éxitos que contrastan ruidosamente ante la incontable lista de fracasos que ha sumado la Vinotinto masculina y eso permite que a ratos las comparemos sin tomar en cuenta los escenarios. Ciertamente ambas categorías juegan en torneos de Conmebol, pero el desarrollo de Venezuela a nivel de Sudamérica para el fútbol femenino es superior al de más de la mitad de los miembros de nuestra región y eso acorta las distancias con las fuertes y protagonistas usuales como Brasil y Argentina. Las venezolanas se han ingeniado para siempre pelear y competir al punto de ser orgullo de un país.

La versión masculina de los Odesur que probablemente tenga mejores herramientas en cuanto a estructuras de la liga profesional sigue estando distante en estructuras con el resto de Sudamérica y es por ello que no puede ser comparable jugar un partido entre venezolanas y chilenas que en categoría masculina. Obviamente los resultados van a ser diferentes por el contexto y el escenario del día a día. 

De ninguna manera puede pensarse que una categoría tenga más valor que la otra. Tampoco se puede dar la espalda a las realidad y por ello son incomparables. Si las queremos acercar entonces debemos encontrar la forma para que ambas se desarrollen de adentro hacia fuera, proyectándose en cada entorno, tanto la masculina como la femenina. Por un lado buscar darle jerarquía y estructuras a la Liga Futve para que reduzca distancias con el resto de nuestra confederación y por el lado de la Liga Futve Femenina pueda ser un torneo donde el público asista y los patrocinantes se acerquen y le permitan crecer más y así sigan haciendo que se nos infle el pecho de orgullo con sus logros.

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