EL MUNDIAL EN BANDEJA DE PLATA

Por Mauro García Forti

Después de una buena racha de resultados, Ferrari llegaba al Circuito de Paul Ricard para conseguir su tercera victoria consecutiva y continuar su persecución por ambos campeonatos. 

Sin embargo, este Gran Premio de Francia tendría un enfoque distinto para los italianos, ya que Carlos Sainz estaba obligado a salir desde los últimos puestos al haber tenido que cambiar su motor tras el fallo de su unidad de potencia en la carrera anterior. 

Con este hándicap, las esperanzas residían en Charles Leclerc, que seguía en su remontada a Max Verstappen en el mundial de pilotos. 

Llegaron las sesiones de entrenamientos y vimos cómo los dos equipos punteros estaban muy cerca entre ellos, pero existía una ligera ventaja para Red Bull tanto en el ritmo de carrera como en el ritmo de clasificación. 

Esto no impidió que Ferrari, con un excelente trabajo en equipo de sus pilotos, se llevase la pole position gracias a la espectacular vuelta de Leclerc en la última ronda de la clasificación.

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Se apagaron los semáforos el domingo y comenzó la cacería de Verstappen, que perseguía al Ferrari del monegasco a muy poca distancia desde la tercera vuelta. El neerlandés hacía todo lo posible para poner nervioso a su rival, pero Charles mostraba una defensa muy férrea. 

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Pasarían las vueltas y el Ferrari y el Red Bull se alejarían de sus perseguidores, Max seguía haciendo lo posible para adelantar a Leclerc, pero poco a poco sus neumáticos fueron perdiendo rendimiento y el equipo no tardó en llamarlo para efectuar su primera parada. 

El piloto de Mónaco, ya liberado de la presión, comenzó a incrementar el ritmo para ganar suficiente espacio con el holandés para salir por delante cuando hiciera la parada, desvelando que había estado cuidando las gomas desde el principio de la carrera. 

Por detrás, a Red Bull se le había complicado la estrategia de atacar con sus dos pilotos el liderato del de Ferrari luego de que Checo Pérez perdiera su posición en la salida con Lewis Hamilton y no pudiese recuperar la plaza ante la sólida defensa del británico. Demostrando que poco a poco Mercedes vuelve a acercarse los puestos de cabeza. 

Con batallas en toda la pista, llegó la vuelta 18 y la relativa normalidad de la carrera fue alterada por una repentina bandera amarilla en el último sector del circuito. Cuando pudo verse el coche que estaba estrellado contra las protecciones, todo ser humano vestido de rojo en Paul Ricard se echó las manos a la cabeza, Charles Leclerc se había chocado en la curva 11 del circuito. 

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El de Ferrari había cometido un error que puede costar un campeonato y su desgarrador grito de frustración por la radio lo decía todo. 

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Verstappen lo único que tenía que hacer era llevar el monoplaza hasta la bandera de cuadros para dar lo que quizá sea el golpe definitivo al mundial y así lo hizo, logrando su séptima victoria de la temporada y alargando los brazos hacia un bicampeonato que cada vez está más cerca. 

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El podio lo completaría Lewis Hamilton, que brilló durante toda la carrera defendiéndose y dejando atrás a un Pérez que este fin de semana ha mostrado una de sus versiones menos competitivas. 

No pudo con el heptacampeón del mundo a pesar de manejar un coche más rápido y perdió su lugar en el podio con Russell luego de quedarse dormido en la resalida del Coche de Seguridad Virtual, donde el joven inglés lo pasó tras haber estado intentándolo varias vueltas.

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 A pesar de que no acabó en el podio, el hombre del día fue Carlos Sainz, que mostró un nivel espectacular durante todo el fin de semana llegando a hacer en la segunda ronda de la clasificación una vuelta casi un segundo más rápida que la mejor vuelta de Verstappen y, que el domingo culminó una gran remontada saliendo desde la penúltima posición y realizando un festival de adelantamientos que lo terminaron llevando a la quinta posición con vuelta rápida de carrera incluida. 

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De esta manera, Verstappen rompe la buena racha de Ferrari en las últimas carreras y consigue unos puntos valiosísimos para Red Bull, que le sirven para dejar todavía más atrás a los italianos en el Campeonato de Constructores. Asimismo, ha aumentado su ventaja sobre Leclerc a sesenta y tres puntos. 

Queda todavía mucho campeonato por delante, pero la distancia en estos momentos entre ambos contendientes al título le da muchísimo aire al holandés, ya que deberían ocurrir varios milagros en lo que queda de temporada para que Ferrari y Leclerc tengan una oportunidad de llegar vivos a las citas finales del campeonato. 

Antes de que la Fórmula 1 se vaya de vacaciones, nos queda una última parada, siendo el Gran Premio de Hungría el que nos espera este próximo fin de semana. Ferrari y Leclerc buscarán recuperar la confianza en una pista que a priori se les ajusta mejor a sus características, pero el Hungaroring es un circuito en el que puede ocurrir cualquier cosa y la amenaza de lluvia promete otra carrera emocionante. 

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