ITALIA BUSCA UN HEREDERO
Por Mauro García Forti
El pasado fin de semana, el Campeonato Mundial de Motociclismo aterrizaba en el Autódromo Internacional de Mugello para disputar un clásico de la competición como es el Gran Premio de Italia.
Sin embargo, la atmósfera no era la misma que había en los últimos años. Si el color que reina en las gradas en la Fórmula 1 es el rojo de Ferrari, en el mundial de MotoGP ha gobernado en las últimas décadas el amarillo de Valentino Rossi. El nueve veces campeón del mundo arrastraba a grandes masas a los circuitos de todo el mundo, pero en Italia era el rey.
Al final de la temporada pasada, el carismático piloto dejaba la competición después de casi dos décadas en el campeonato del mundo y dejaba huérfanos a miles de aficionados de las dos ruedas.
El aumento de los precios de las entradas y la marcha de Rossi no pasó desapercibido, ya que la asistencia ha sido la más baja desde el año 2006. Si bien es cierto que había “ducatistas” y “aprilistas” en las gradas del circuito, el bloque grueso de los visitantes del Gran Premio eran los fanáticos del “Doctor” de Tavullia.
Tras la despedida de Rossi este pasado sábado, donde retiraron su mítico número 46, los italianos necesitan un nuevo héroe que seguir en esta nueva generación. Por suerte, tienen una gran variedad para elegir tras las grandes actuaciones de los pilotos locales en el trazado situado en La Toscana.
El sábado en la clasificación todo apuntaba a una pole de alguna Ducati, pero la gran sorpresa fueron las "balas de Bolonia" que ocuparon la primera línea, con Fabio DI Giannantonio logrando la pole seguido de Marco Bezzecchi y Luca Marini, que llevaban a los equipos satélite a dominar la sesión y traer emoción para el domingo con la obligación de remontar para los equipos de fábrica.
El domingo se esperaba una carrera emocionante en un circuito conocido por lo difícil que es y por las altas velocidades que se alcanzan en la recta. Y así fue, Jorge Martín marcaba un nuevo récord de velocidad alcanzando los 363,6 kilómetros por hora y los principales favoritos por el título tendrían que arriesgar para alcanzar buenos resultados.
Desde la salida el piloto a seguir fue Francesco Bagnaia, líder absoluto de Ducati, que partía quinto y desde la primera vuelta inició la cacería de la primera posición con unos adelantamientos y una velocidad que indicaban que el turinés estaba decidido a enmendar su error de la pasada carrera en Francia.
Por atrás, Quartararo ponía su Yamaha en el segundo lugar e intentaba alcanzar a Bagnaia, que estaba rodando muy rápido y consiguió establecer una cómoda distancia con el francés.
Esta brillante conducción del italiano le permitió llevarse una cómoda victoria, la segunda de la temporada, que le permite acercarse a la pelea por el título mundial y para alegría de los fans de Aprilia, Aleix Espargaró conseguía alcanzar la tercera posición.
De esta manera, Pecco Bagnaia sale de Mugello enamorando a su público, con un triunfo sólido en casa y montado sobre una moto italiana que le puede permitir luchar por el título y le da una gran oportunidad para recortar distancia en el Gran Premio de Cataluña, que se disputará este fin de semana.
Nombres como Bagnaia o Bastianini (que no terminó la carrera por una caída) serán los que corearán los tifosi en los próximos años. Valentino se ha ido y ha dejado el trono vacío, pero el futuro del país transalpino en la categoría reina es muy próspero.