PÉREZ HACE HISTORIA Y APRIETA EL CAMPEONATO, LA MALDICIÓN DE LECLERC CONTINÚA

Por Mauro García Forti

Cada vez que llega el Gran Premio de Mónaco, todas las miradas se centran en Charles Leclerc. El piloto de Ferrari nació y creció en el Principado y sin ninguna duda uno de sus grandes sueños siempre ha sido vencer en las calles de su país.

Sin embargo, sobre el joven de 24 años hay una especie de maldición que le ha impedido cumplir ese sueño. Desde 2017, cuando todavía estaba en Fórmula 2, el monegasco no consigue terminar una carrera en este circuito. La ocasión más desesperante fue justamente el año pasado, cuando con la pole position conseguida, no pudo empezar la carrera por problemas en la caja de cambios.

Pero este año, Charles llegaba decidido a acabar con aquella racha. Con muy buenos tiempos dominó la mayoría de las sesiones de entrenamientos y llegaba a la clasificación, la sesión más importante de todo el fin de semana por la dificultad de adelantar en Mónaco, dispuesto a arrasar a sus rivales.

Y así fue, implacablemente el de Ferrari se llevó la pole position por segundo año consecutivo metiéndole tres décimas a Carlos Sainz, que clasificaría segundo. Detrás de ellos, los hombres de Red Bull los acompañarían en la fila de detrás liderados por un Checo Pérez que este fin de semana estuvo por delante del campeón del mundo.

Llegó el domingo, toda la organización tenía a Leclerc como el claro protagonista, con un lugar destacado para escuchar el himno nacional como ya ocurrió en España con Alonso y Sainz y con toda la Familia Real de Mónaco dándole aliento al héroe local.

Si quería una carrera tranquila, lo mejor habría sido un cielo con un sol radiante y un asfalto seco. Sin embargo, el destino tenía otros planes…

Faltaban diez minutos para el inicio de la carrera y comenzó a llover intensamente, dejando el asfalto empapado, lo que daría lugar a una lucha estratégica que determinaría el resultado del Gran Premio.

Nada más la lluvia cayó, comenzó la controversia. Dirección de carrera retrasaba la salida y desesperaba a los aficionados y a los propios pilotos, que no consideraban que la pista fuese peligrosa para correr. De esta manera, la vuelta de reconocimiento se hizo detrás del coche de seguridad y antes de acabar la vuelta se sacó la bandera roja, por lo que la sesión quedaba parada hasta que se considerase que era seguro competir.

Tras una larga espera, por fin la carrera comenzó tras el coche de seguridad y una vuelta después, Leclerc lideraba la marcha. Ya en las primeras vueltas, algunos valientes del fondo de la procesión se atrevieron a hacer el cambio de neumáticos de lluvia extrema a los intermedios y comenzaron a mejorar sus tiempos a medida que el asfalto se iba secando, claro ejemplo fue el de Gasly, que fue de los pocos que dio espectáculo el domingo.

La pista poco a poco se iba secando y la tensión en los puestos de cabeza se iba palpando al acercarse el momento en el que habría que cambiar de neumáticos.

Finalmente, Red Bull lanzó el ataque en la vuelta 17 metiendo a Checo a cambiar los neumáticos y saliendo con los intermedios. Con un ritmo a máxima velocidad consiguió ganarle la posición a Leclerc, que pararía en boxes en la siguiente vuelta para poner neumáticos intermedios en lo que sería el primer error de estrategia de los italianos con el coche número 16, ya que era obvio que el mexicano iba a lograr pasarle con la increíble vuelta de salida que estaba haciendo.

De esta manera, Sainz se quedaba líder de la carrera y en la vuelta 18 lo llamaban a boxes para copiar la estrategia de Pérez. No obstante, el español no estaba de acuerdo y propuso una brillante estrategia en la cual su propósito era esperar a que la pista se secara para poner los neumáticos de seco directamente y ahorrarse una parada, cosa que sus tres rivales principales no podrían hacer al tener que volver a parar para poner los de seco.

Llegó la vuelta 21, Sainz cambia a secos y Ferrari termina de destruir la carrera de Leclerc al llamarlo a cambiar a neumáticos de seco en la misma vuelta que lo hacía su compañero de equipo, por lo que la pérdida de tiempo para el monegasco fue terrible.

Sainz salía de boxes y esa vuelta de salida podría haberle dado la victoria, pero el Williams de Latifi se le metió delante y tardó mucho en apartarse, por lo que perdió valiosos segundos de tiempo. Lo que significó que cuando Red Bull hizo un doble pit stop para cambiar a neumáticos de seco, Pérez salió delante del español y Verstappen le arrebató la posición a Leclerc.

El durísimo accidente de Schumacher provocó la segunda bandera roja y cuando todo estaba dispuesto para continuar, sólo quedaría tiempo para dar treinta cuatro vueltas más al haberse cumplido el límite de 3 horas de duración de un Gran Premio en lo que lo más destacado fue el tren que formó Alonso al rodar a un ritmo muy lento para cuidar sus ruedas. Desquiciando a un Hamilton que no veía hueco para adelantarle y que al final quedó atrás cuando el asturiano incrementó el ritmo en los últimos giros y por unos momentos logró la vuelta rápida de la carrera.

Sainz apretó todo lo que pudo a Pérez, que al final tenía problemas en los neumáticos. Pero adelantar en Mónaco es casi imposible y Checo lo tenía todo bajo control, por lo que acabó llevándose la victoria en el lugar donde todos los pilotos quieren ganar, haciendo así historia al convertirse en el mexicano más exitoso en la Fórmula 1 al haber conseguido la tercera victoria de su carrera deportiva en la categoría y mandando un mensaje a su equipo tras haber tenido que darle la victoria a su compañero en la carrera anterior.

Además, el de Guadalajara se coloca solamente a quince puntos de Verstappen en el Campeonato de pilotos, convirtiendo esta lucha de dos en una pelea a tres bandas que podría convertirse en una guerra de cuatro si Carlos Sainz consiguiese encadenar una buena racha de resultados a partir de esta buena carrera para él, lo que podría suponer un final de campeonato de ensueño para los fans con la rivalidad entre los hombres de rojo y los de la bebida energética.

Tal era la emoción de Sergio Pérez por su victoria que hasta dejó una inusual imagen en la cual se vio al piloto de Red Bull desequilibrarse y caer sobre el halo cuando eufórico, se puso de pie sobre su coche y levantaba los brazos con una bandera mexicana aferrada en la mano.

Ferrari le ha vuelto a costar la victoria a Leclerc con una estrategia desastrosa y de esta manera, se prolonga la maldición un año más. Si no llega Sainz a proponer su propia estrategia, Red Bull se habría llevado su segundo doblete consecutivo y habrían perdido más puntos en el campeonato de constructores.

Y con un mexicano al que se le escapaban algunas lágrimas de emoción escuchando en lo alto del podio el himno nacional de su país, nos despedimos de las calles de Mónaco para darle la bienvenida a las calles de Bakú. Nos vamos del circuito urbano más lento al más rápido, porque la Fórmula 1 viaja hacia el este nuevamente para disputar el Gran Premio de Azerbaiyán en dos semanas.

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