MÓNACO, UN CLÁSICO INDISPENSABLE

Por Mauro García Forti

Como cada mes de mayo, en el calendario aparece una de las citas más icónicas de este deporte. Insignia de la historia y el glamour de la categoría, el Gran Premio de Mónaco es desde luego la carrera más prestigiosa de la Fórmula 1.

Siendo una de las competiciones más antiguas al haberse disputado su primera edición en el año 1929, el Gran Premio fue parte de la temporada inaugural del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 en 1950 y es una de las tres carreras que se han mantenido en el calendario desde el principio junto con el GP de Gran Bretaña y el GP de Italia.

Todo en el Principado es diferente, empezando por el circuito. Creado en 1920, el trazado monegasco es el más corto del campeonato y también el más lento al ser el único donde los monoplazas no llegan a alcanzar los 300 km/h en la corta recta de meta.

El trazado es extremadamente estrecho y los muros son los que marcan los límites, por lo que es una pista que pone a prueba la habilidad al volante de los pilotos y los someten a rozar la perfección, puesto que un único error significa quedarse fuera de carrera. No obstante, es uno de los favoritos de la gran mayoría de la parrilla.

Y ahí está el principal problema, adelantar en Mónaco es casi imposible y teniendo en cuenta que el tamaño de los bólidos ha aumentado, el grado de imposibilidad ha aumentado considerablemente, por lo que las carreras son procesiones de coches de carreras por las calles del pequeño país mediterráneo y los únicos cambios que pueden darse son por razones imprevistas como un mal pit stop o un coche de seguridad.

El hecho de que los resultados del domingo se decidan los sábados en la clasificación, no es del agrado de muchos aficionados, por lo que alguna gente estaría a favor de eliminar esta carrera del calendario para sustituirlo por una pista que ofrezca más acción.

Sin embargo, a pesar de las críticas, el Gran Premio sigue siendo uno de los más vistos cada año y sigue siendo uno de los que más asistencia tiene, por lo que el prestigio y el cariño de los aficionados por este clásico sigue latente.

Los altos cargos de la F1 en los últimos años han seguido una estrategia de modernización en la que se busca aumentar el espectáculo en pista y la inclusión de nuevos circuitos que cumplan estas características pone en riesgo a circuitos antiguos.

Sería un error deshacerse de un Gran Premio tan famoso como el de Mónaco. Al fin y al cabo, es un atractivo tanto para aficionados como para ajenos a la competición y las marcas se pelean para aparecer en los chasis de los monoplazas solamente para ese fin de semana.

¿Espectáculo o tradición? Todo se reduce a eso, que la categoría haya adoptado este plan revolucionario era necesario, pero el progreso no debe pasar por encima de la historia de la propia competición y perder Mónaco sería un duro golpe para la Fórmula 1

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