LECLERC ARRASA EN AUSTRALIA

Por Mauro García Forti

Con un clima excelente, y tras dos temporadas de espera, los coches volvieron a rodar por Albert Park en una primera sesión de entrenamientos libres en la que Ferrari demostró una velocidad arrolladora con respecto a sus rivales, colocando los dos monoplazas en lo alto de la tabla al final de la sesión.

Posteriormente, volverían a repetir el mismo patrón en la segunda tanda de entrenamientos en esa misma tarde, esta vez con el Red Bull de Max Verstappen colocado entre los bólidos rojos en una sesión en la que el Alpine de Fernando Alonso fue la gran sorpresa al colocarse justo detrás de los tres primeros.

La confirmación de lo que se vio en las tres sesiones de entrenamientos llegó el sábado en la clasificación, donde no hubo ningún sobresalto hasta que llegó la Q3. En esta última ronda de la sesión clasificatoria, todo marchaba con relativa normalidad, hasta que, a falta de siete minutos y dos segundos para el final, todo se pondría patas arriba.

Alonso, que venía en una vuelta de infarto en la que lograría establecer el récord del segundo sector rodando dos décimas más rápido que el líder de la sesión, tuvo un problema hidráulico que le impediría terminar su intento, acabando con la gran exhibición que estaba dando al impactar contra el muro.

De esta manera el accidente provocó una bandera roja que daría una de cal y otra de arena para Ferrari, ya que con la aparición de la enseña las consecuencias para sus pilotos eran totalmente opuestas. Si bien ambos estaban haciendo una vuelta para ocupar la primera línea de la parrilla de salida, en el caso de Leclerc la fortuna estuvo de su lado, puesto que pudo culminar su giro. Logrando así una mejora en su cronómetro que nadie podría superar. Por el contrario, Sainz no pudo cruzar la línea de meta antes de que apareciera la bandera roja, lo que significó que el tiempo conseguido no era válido y tendría que intentar establecer un nuevo registro con neumáticos nuevos.

Sin embargo, en este segundo intento todo lo que podía salir mal para el español salió mal. Por causa de un problema del motor, que dificultó al equipo arrancar el monoplaza. Una vez solucionado el imprevisto, sólo le daba tiempo de realizar una vuelta de instalación cuando en Ferrari el acondicionamiento adecuado para la cronometrada eran dos giros preparatorios. Esta preparación insuficiente y un error en la salida de la curva 12 condenaron al 55 a salir desde la novena posición.

Ya con la pole en el bolsillo y los dos Red Bulls justo detrás, el domingo Leclerc demostró una vez más porqué en Italia lo llaman Il Predestinato. En la salida no le tembló el pulso y mantuvo su primera posición con Verstappen y Hamilton pisándole los talones tras haber realizado este último una brillante largada en la que superó a Pérez. Con un ritmo brutal, el monegasco conseguiría crear una distancia cómoda con sus perseguidores que le permitiría gestionar la carrera con relativa tranquilidad.

No obstante, esta calma sería interrumpida con un coche de seguridad provocado por Vettel en la vuelta 24, que aprovechó George Russell para meterse en posiciones de podio al salir tercero de la calle de boxes. Por su parte, Verstappen intentó acabar con el dominio del piloto de Mónaco sobre el trazado australiano en la resalida luego de que se marchara el safety car.

A pesar de que la acometida del neerlandés le permitió llegar en paralelo a la curva 1 del Circuito de Albert Park con el Ferrari del líder del mundial, esto no fue suficiente y a Max sólo le quedó mirar resignado cómo el coche rojo volvía a ganar ventaja y se alejaba.

Para mayor frustración del “ejército naranja´´, el actual campeón del mundo en la vuelta 39 tuvo que estacionar su monoplaza en la escapatoria al ver cómo su motor estaba en llamas al producirse una fuga de combustible, siendo este el segundo abandono del número 1 en tres carreras disputadas.

Para culminar por todo lo alto su marcha triunfal, el joven piloto de Ferrari con una ventaja de veinte segundos sobre Pérez, quiso mejorar la vuelta rápida que ya tenía y lo logró justo en la última vuelta. Completando así un fin de semana redondo, en el que de una manera aplastante se llevó el primer Grand Chelem de su trayectoria, consiguiendo la pole position, la vuelta rápida, liderar todas las vueltas de la carrera y la victoria.

Así pues, Charles Leclerc lleva a Ferrari a colgar la segunda bandera en Maranello esta temporada y no podría haber mejor regalo de anticipación para la vuelta de la Fórmula 1 a tierras italianas en el mítico Circuito de Imola. Próxima cita, Gran Premio de la Emilia-Romaña en dos semanas.

Dejar un comentario

Debes iniciar sesión para publicar un comentario.