LA ELIMINATORIA TÓXICA
Richard Méndez
Afortunadamente se terminó la peor fase eliminatoria que ha disputado Venezuela en toda su historia, proceso que vivimos resguardados bajo una viga que sostuvo un pequeño trozo del techo mientras el edificio entero se derrumbaba. ¿Cómo llegamos a este tenebroso nivel de juego y resultados? La respuesta hay que buscarla en el génesis de la tragedia, cuando Dudamel dirigía una Vinotinto que había cerrado el año 2019 en el histórico puesto 25 del ranking de FIFA.
Venezuela venía de golear a Japón y Bolivia para tener muchas esperanzas en lo que estaba por venir. Las irreconciliables diferencias y las marginales disputas entre el vicepresidente de la F.V.F., Jesús Berardinelli (QEPD) y Dudamel, llevó al entrenador yaracuyano a renunciar a comienzos de 2020 para irse al Atlético Mineiro. El ciclo mundialista se había roto antes de empezar.Un día todos esperábamos el nombramiento de Sampaoli y de pronto amanecimos de golpe con la presentación oficial de José Peseiro como Seleccionador Vinotinto.
Muchos tuvimos que ir a Wikipedia a enterarnos sobre la carrera del técnico lusitano. Peseiro encontró mermado su trabajo desde antes de empezar, es que hasta el Covid19 se ocupó de no dejarle trabajar con lo que seguramente había planificado y se pasó un año entero atendiendo entrevistas en Instagram donde se nos describió un equipo y estilo intangible porque nunca se había trabajado.
Las deficiencias en el manejo federativo comenzaron a sumar su desorden a las concentraciones y la llamada "verbena del Olímpico" cuando gente vinculada a la política y el espectáculo llegó hasta la zona de jugadores para retratarse sin ningún tipo de protecciones sanitarias contra la pandemia, el resultado fue una epidemia que se desató antes de jugar la Copa América en Brasil. Peseiro trabajaba y no le pagaban, entonces no le quedó más remedio que renunciar dejando la imagen federativa de ser "mala paga".
Leo González fue el elegido para cumplir un interinato en el que podemos destacar que se sumó a Oscar González como lateral zurdo, posición que se buscó por largo tiempo. Lamentablemente los resultados no mejoraron y salvo el triunfo ante Ecuador la línea de juego se mantuvo en la deficiencia. Un día amanecimos buchones, había aparecido la plata para pagarle a Peseiro y sobró tanto como para convencer a Pékerman de hacerse cargo. Ya eliminados surgió la ilusión porque el fanático venezolano tenía en el técnico argentino a un "mesías" que podría llevarnos a lograr estar en un mundial. Se puso de moda el "dejen trabajar a Pékerman" y todos nos pusimos a esperar resultados.
El estreno goleando a Bolivia aumentó las ilusiones y nos sentimos imbatibles aunque unos días después Venezuela se comió cuatro goles en Montevideo. Siguió la goleada con Argentina y la derrota en Cachamay contra Colombia, entonces caímos a nuestra más vergonzosa eliminatoria con catorce derrotas. Pékerman o cualquier otro entrenador solo puede resolver problemas de funcionamiento de equipo, son los federativos los que deben brindar las condiciones ideales para su trabajo y el de los jugadores.
En el fútbol no existen soluciones mágicas, todo es planificación y trabajo serio desde lo dirigencial hasta los jugadores. Esta fue una eliminatoria tóxica que sacó lo peor de nuestro fútbol con mucha apatía e irrespeto. El venezolano se merece algo mejor y ojalá todos hayan aprendido de este nefasto ciclo para no repetir ninguno de esos males que se hicieron cotidianos, solo así se podrá tener algo más que solo fe y entonces tal vez logremos los puntos en la tabla para ir al 2026.